El calor iba aumentando y la ropa empezaba a faltar en ambos cuerpos, cada roce hacía que todo se sintiera más intenso, los latidos iban acelerando tanto como los jadeos y la atmósfera de aquella habitación solo se podía sentir mas calurosa y densa por las ganas de seguir yendo por más. Pero no todo termina bien en estas situaciones y en esta, específicamente, tampoco.
La puerta fue repentinamente abierta, dejando ver a la mujer mayor, madre de Hwang HyunJin, en un estado de shock al ver a su hijo semidesnudo con quien, en un principio, supuso que sería una buena influencia, Kim SeungMin.
Cerró la puerta velozmente y tan rápido como apareció, se esfumó de ahí, roja de la vergüenza bajó las escaleras.
Ambos chicos seguían estáticos en medio de un sepulcral e incómodo silencio, sin saber muy bien qué hacer o decir. SeungMin comenzó a juntar su ropa mientras se iba poniendo lo que encontraba. HyunJin, por el otro lado, seguía sin poder reaccionar pero de todas formas también había comenzado a vestirse.
—Creo que deberías irte. — Dijo con un hilo de voz, mirando incómodamente al ya vestido SeungMin. Asintió como respuesta y ambos bajaron, se despidieron y una vez que se fue el más joven, volvió a cerrar la puerta. Se apoyó en ésta y miró hacia la cocina, donde su madre estaba sentada mirándolo expectante; en sus ojos se notaba la leve decepción que sentía.
Los ojos de HyunJin se empezaron a aguar y, por instinto, hizo lo primero que se le ocurrió; aunque haya sido atrapado en aquella situación comprometedora, todavía no se sentía lo suficientemente listo para hablar, así que, abrió la puerta y salió de allí lo más rápido que pudo, intentando ignorar los leves llamados de la mujer que le dio la vida.
Corrió intentando impedir que las lágrimas salieran hasta que llegó a un jardín botánico que quedaba a unas cuadras de su casa pero al cual nunca había ido.
Se entretuvo recorriendo el lugar, epezando a despejarse un poco.
Llegó hasta donde había un pequeño invernadero que parecía vacío; decidió entrar y visualizó un banco de piedra desde lejos, obviamente fue hasta allí y lo único que hizo fue recostarse y cerrar los ojos; aspirando y expirando.Claramente no funcionó lo que intentó y simplemente decidió desahogarse completamente, al principio fueron pequeños jadeos pero se fueron formando en sollozos e intentos exhaustivos para retener los mocos que terminó limpiando con las mangas de su sweater.
Lloró hasta que no podía más y, desde esa terrible tarde en la que todo parecía que iría de mal a peor, decidió ir hacia ese jardín cada vez que lo necesitaba.
Luego de unos días logró hablar con su madre en privado, al parecer no le había dicho a su padre y estaba bastante agradecido al respecto ya que quería decírselo él mismo. Los citó en la sala y luego de la charla, llegó a la conclusión de que a ambos no les importaba la orientación sexual de alguien, a menos de que sea su hijo. No querían que su preciado bebé tuviera que sufrir porque, tristemente, la realidad es trágica y sabían lo que le podría llegar a pasar a su hijo, pero no podían hacer nada más que aceptarlo, apoyarlo y desearle lo mejor.
A medida que iba pasando el tiempo, todo parecía mejorar hasta que empezaron los exámenes y, para empeorar todo, se había esparcido el rumor de lo ocurrido entre él y Seungmin.
Sentía que las cosas se estaban derrumbando otra vez y peor que antes, mucho peor que antes.Se había empezado a distanciar de sus amigos luego de que le preguntaran lo ocurrido realmente, las palabras no le salían, tenía un nudo constante en la garganta que no se deshacía con nada, entonces simplemente los ignoró.
Al salir de clases, intentó hacerlo lo más rápido posible y con la mirada fija al piso, evitando todo contacto visual posible.
Cuando salió de la institución, comenzó a caminar más lento y se dirigió directamente hacia el jardín.Volvió a ocurrir una situación casi igual que la primera vez que fue; entró al solitario invernadero, se recostó sobre la banca grisácea y respiró, tranquilizandose para no explotar.
De repente, empezó a escuchar una preciosa voz entonando una tranquila melodía y, en vez de cuestionarla, decidió disfrutarla.
Su respiración empezó a hacerse más pesada al recordar lo ocurrido en los últimos días; sollozos que trataba de impedir comenzaron a mostrarse. Se sentó en el banco en el que estaba ya que sentía cómo se le empezaba a tapar la nariz. Estirando las mangas del buzo del unifrome escolar para tapar sus manos, empezó a limpiarse las interminables lágrimas que había estado reteniendo durante todo el camino de ida.La melodía comenzaba a hacerse más baja hasta que desapareció repentinamente, inundando el lugar con un profundo silencio en el que solo estaban momentáneamente los tristes jadeos de HyunJin.
—Disculpa... — HyunJin saltó en su lugar, sorprendido mirando hacia la persona quien le hablaba. Era un chico que parecía algo más pequeño que él, tenía el pelo rojo algo ondulado y estaba vestido coloridamente. —¿Estás bien?
Otro jadeo salió sin querer.
—Okay, claramente no. — Dijo un poco más bajo. Haciendo reír a HyunJin entre los sollozos. —Puedes contarme lo que te pasa si es que te hace mejor, no te juzgaré pero deja de llorar, por favor.
Tosió un poco para aclarar su garganta tapada por la saliva acumulada por el llanto.—¿Podrías volver a cantar?
—Espera, me da vergüenza. — Sonrió, dejando ver los blancos brackets que adornaban sus dientes, para luego darse vuelta. Tomó aire unas tres veces y comenzó a cantar; la canción fue reconocida al instante por la gran cantidad de veces que la había escuchado, le relajó escuchar cómo cantaba de una forma tan preciosa Lost Boy de Troye Sivan.
Volvió a recostarse en el banco y empezó a tararear la canción, para luego terminar cantandola junto al chico quien no le había dicho su nombre todavía.—Soy Hyunjin.
—Yo JeongIn.
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irréalité florissante ; hyunjeong
FanfictionDonde JeongIn va a cantarle a las flores de un jardín botánico. [28/05/19]