𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒕𝒆 𝒂𝒍𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒕𝒊𝒗𝒆 IV

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JeongIn llegó temprano al invernadero, hace bastante no seguía su rutina de cantarle su canción semanal favorita a las bellas flores que adornaban su alrededor; siempre cantaba canciones felices y potentes, esta vez comenzó con una lenta y tranquila.

Luego de la charla con SeungMin no lograba entender nada, le había dejado en claro lo mal que lo había tratado HyunJin en un momento y no podía creerlo, ¿realmente el HyunJin que conocía había podido herir a su amigo? A quien veía casi todas las tardes era el ser más precioso que alguna vez pudo haber encontrado, pero más le dolió cuando SeungMin, a duras penas, lo llevó hacia donde estudiaba el mayor, en un momento sus miradas se cruzaron y a JeongIn se le iluminaron los ojos pero cuando estaba a punto de ir hasta donde estaba para abrazarlo, el contrario enarcó sus cejas y con una expresión confusa lo ignoró.

¿Puede ser que su corazón se sentía estrangulado?

Sentía que no podía cantar.

—Perdonenme... — Comenzó a hablarle a unas orquídeas. — no estoy muy de humor hoy.

—¿Qué pasó, girasolcito? — JeongIn miró para donde provenía la voz, claramente era HyunJin, por lo que hizo un puchero inconscientemente. —Ok, demasiado meloso el apodo al parecer.

A medida que el mayor se acercaba, el pelirrojo se alejaba. Terminaron dando como cincuenta vueltas al lugar y HyunJin ya se estaba hartando; alcanzó a JeongIn y lo rodeó con sus brazos, haciendo que no pudiera moverse.

—¡Te tengo! — Dijo animadamente, hasta que escuchó los sollozos del menor. Lo giró para enfrentarlo con la mirada. —¿Qué pasa? — En su tono se notaba la extrema preocupación que sentía, nunca lo había visto llorar, siempre estaba tan feliz que podría ser el mismísimo sol que iluminara las plantitas a las que le cantaba y le dolía verlo así. Muchísimo.

—¿Por qué ahora me hablas? hace unas horas me ignoraste como el mejor. —  Habló tristemente con un constante puchero en sus labios.

—¿Qué? — Inclinó un poco su cabeza por la confusión mientras con sus pulgares limpiaba las lagrimas de JeongIn, quien frunció el ceño.

—Hablé con SeungMin y me llevó hasta tu escuela, nos miramos y me ignoraste. Además de que me dijo que lo trataste horrible.

Más confusión no podía sentir. Nunca lo había visto cerca de su escuela y nunca había tratado ni pensó en tratar mal a SeungMin.

—¿De qué hablas? realmente nunca te vi fuera del jardín y nunca traté mal a SeungMin, es más, a veces nos hablamos.

Ahora JeongIn estaba confundido.

—Ay, ya me duele la cabeza. — Dijo el menor dirigiéndose hacia la puerta, la abrió y salió.

HyunJin se quedó parado unos segundos y decidió seguirlo. Al salir no había ni un rastro del pelirrojo; miró hacia todos lados y decidió volver a entrar.

A JeongIn le extrañó que HyunJin no lo siguiera, con muy poco orgullo, volvió a entrar, divisandolo de espaldas a la puerta.

—¿No vienes?

Se giró al volver a escuchar la leve voz.

—Acabo de ir pero no estabas.

La confusión no dejaba de aumentar. Se miraron y salieron a la vez. Oscuridad fue lo que vieron por unos muy pocos segundos, pero fueron los suficientes como para que el otro desapareciera de enfrente suyo.

Entraron al mismo tiempo y se chocaron. Se miraron y no hacía ni falta decir que estaban en pánico.

—¿Cómo es que no nos vemos? — Dijo JeongIn, más para sí mismo que para HyunJin.

Se quedaron en un silencio raro por un tiempo. Estaban pensando en todo lo ocurrido, en las llamadas que no llegaban, el por qué nunca entraba gente además de ellos y cómo nunca se habían hasta cruzado fuera del jardín, todo comenzaba a, moderadamente, entenderse.

Se sintió muy rápido cuando se hizo de noche, antes de irse se abrazaron por un largo tiempo y arreglaron para encontrarse primero en una cafetería que ambos conocían, si no se veían, irían al invernadero para intentar llegar a alguna conclusión.

La mañana llegó más pronto de lo que creían pero para HyunJin las interminables horas de clase se le estaban haciendo dolorosamente eternas.

Las horas de historia terminaron y así empezando el receso. Se juntó con su grupo pero ni interactuaba con ellos, tenía la cabeza en otro mundo, hasta que ChangBin lo sacó de su trance gracias a un pequeño golpe que le dio en la frente.

—¿Estás bien?

—¿Hm?

—Claramente no. — Dijo JiSung.

—¿Quieres contarnos? — Preguntó Felix, a lo que él asintió.

Les contó todo un poco rápido, intentaba explicarse bien pero ¿cómo podría? si ni él sabía muy bien lo que pasaba.

Los siete chicos no sabían muy bien qué decir.

Felix jadeó. —¿Y si son de realidades distintas?

¿Podría ser que no sonara tan estúpida la idea?

—Sinceramente no se me ocurre nada lógico para explicar esto... — Empezó Chan. — Espera a verlo en la cafetería, no sabría muy bien qué decirte.

—Gracias. — Susurró.

Llegó al horario indicado a la cafetería, se sentó en una mesa cerca de la ventana y esperó.

Esperó.

Pidió algo para comer.

Y siguió esperando.

No hubo ni rastro del chico que tanto esperaba y las palabras de Felix se le habían incrustado en la mente, ¿era posible que fueran de realidades distintas? dudaba de que alguien más haya podido vivir algo así e, incluso si encontrara a alguien como para poder consultarle cosas, se le hacía imposible creer que pueda de alguna forma terminar bien.

Se conocían hace varios meses aunque se sentía muy cercano el recuerdo de su encuentro. Amaba la compañía del menor, era como una pequeña pastilla de felicidad que nunca dejaba de hacer efecto. Lo apreciaba demasiado y le rompía el alma saber que seguramente en algún momento no podría verlo nunca más ¿habría alguna solución para esto? sentía que su corazón no podía soportar su peso y en cualquier momento caería.

A pasos tristes, salió del hogareño local para dirigirse al unico lugar en el que podía ver a su pequeño angelito.

Al entrar al invernadero, vio que se encontraba vacío, por lo que decidió esperar al menor.
Unos minutos pasaron y se abrió la puerta, dejando ver a un triste JeongIn, secandose las lágrimas. HyunJin al verlo fue rápido a abrazarlo, no soportaba verlo triste y menos por una razon irremediable.

Estuvieron unos minutos en los brazos del otro, de esta forma calmandose al menos un poco. El mayor puso sus manos en las mejillas de JeongIn y luego de secarle el rastro de lágrimas presentes, besó su nariz. El pelirrojo la arrugó mientras sonreía y procedió a tambien agarrar las mejillas del contrario pero, a diferencia de HyunJin, él le dio un pico en los labios.

La sonrisa que tenía plasmada se desvaneció al ver la seriedad que mantenía la expresión de HyunJin. Se alejó rápidamente por la vergüenza y se hizo bolita en una esquina.

—Perdón. — Dijo casi inaudible.

HyunJin, sonriendo bobamente, fue por detrás, se agachó y lo abrazó, para luego comenzar a darle cortos y pequeños besos en el cuello, causándole cosquillas.

—Realmente me gustas demasiado. — Le dijo cuando ya estaban mirándose cara a cara.

—Tu también me gustas demasiado. — Y depositó otro corto beso en sus labios.

irréalité florissante ; hyunjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora