𝒑𝒆𝒕𝒊𝒕 𝒎𝒐𝒏𝒅𝒆 III

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Al día siguiente, HyunJin salió a la misma hora de la escuela y tranquilamente se dirigió hacia una cafetería para comprar algunas galletas de chocolate. Las guardó en su mochila y siguió su camino hacia el jardín.

Llegó a las tres y media, más o menos al mismo horario en el que había ido ayer. Se adentró en el invernadero y tomó lugar en el rasposo banco.
Las horas pasaban y no veía señales de JeongIn.

Ya cuando eran las seis y media, dudó en seguir esperándolo; no creía que lo haya dejado plantado, no parecía como alguien que hiciera eso. Capaz simplemente tuvo algo más importante que hacer y se había olvidado, ¿y si le había pasado algo grave? HyunJin ya estaba preocupándose, hasta que escuchó cómo se abría la puerta de repente.

Un agitado JeongIn se encontraba en la puerta, intentando recuperar el aire que había perdido ya que se notaba que había venido corriendo.

—Perdoname... — Tomó aire. — por la tardanza... — Volvió a tomar aire. —¡Pero mira! — Cerró la puerta, se acercó hacia HyunJin y sonrió ampliamente, dejando ver sus dientes sin ni un rastro de metal.— ¡Me sacaron los brackets! Me había olvidado, por eso llegué tarde. — Hizo un pequeño puchero.

—No pasa nada... te ves lindo tanto con brackets como sin. — Aquello ultimo lo dijo en un balbuceo pero lo suficientemente alto como para que el pelirrojo lo escuchara, haciendo que volviera a sonreír. —Traje galletas, ¿quieres?

Los ojos se le iluminaron como galaxias y HyunJin sintió la explosión de una supernova dentro de su corazón, acariciándole el pelo como a un niño, le dio la bolsita con las galletas restantes.

—Cuentame algo sobre ti, literalmente lo único que sé es que cantas lindo.

JeongIn tragó rápidamente la porción de galletita que estaba masticando. —¿Qué quieres saber?

Luego de una larga charla de casi dos horas, supo que el menor tenía un sapo de mascota, estaba un año adelantado en la escuela, siempre estuvo interesado en la botánica y también sabía un montón de astrología; además, le había contado que muchos lo subestimaban debido a su aniñada apariencia pero era tan maduro e inteligente como cualquiera de su edad o hasta más.

Se dieron cuenta tarde de que ya iban a ser como las ocho y media de la noche, por lo que decidieron arreglar para verse mañana a la misma hora, se saludaron y se fueron. Le pareció bastante raro que una vez que salió del jardín, le llegaron demasiadas llamadas perdidas de su madre aunque marcaba que había señal dentro del invernadero; le restó importancia y decidió que simplemente se disculparía cuando llegue a casa y le explicaría lo ocurrido.

Los días fueron pasando, las juntadas no cesaban y hasta estudiaban juntos; todo dentro del jardín. Nunca se les pasó por la mente decidir ir a otro lugar, ahí ya se sentía especial e íntimo para ambos. Y aunque no entendían cómo es que nadie entraba allí, no le dieron atención. Y aunque comenzaba a sentirse falsa la presencia del otro, prefirieron tampoco pensar al respecto.

Obviamente habían días en los que no se veían, capaz hasta semanas pero siempre terminaban volviendo a verse de alguna forma, nunca arreglaban formalmente y ocurría cuando ocurría. Era como que dejaban todo en manos del destino.

HyunJin estaba comenzando a pasarla cada vez mejor en la escuela. Sus problemas iban desapareciendo a lo largo del transcurso escolar, con ayuda de sus amigos que también fueron incrementando en cantidad. ChangBin les había presentado a Felix, un nuevo estudiante que sospechosamente los conocía demasiado bien como para haberse empezado a hablar hace tan poco; En el grupito de Felix, también estaba JiSung y WooJin, los cuales se unieron con Chan, MinHo, ChangBin y él.

Durante la misma semana, JeongIn le había empezado a contar sobre su mejor amigo, quien por mera casualidad se llamaba SeungMin.

—¿SeungMin?

—Ahá, ¿por qué?

—¿Por casualidad parece un perrito y es híper mega fan de day-six?

—...Sí, ¿cómo-- sabes eso?

HyunJin no podía creerlo. —¿Te acuerdas que cuando nos conocimos te conté sobre que había estado con un chico? Bueno, se llama SeungMin y parece un perrito que es híper mega fan de day-six.

JeongIn estuvo en un estado de shock por dos minutos. Sacó su movil y empezó a buscar algo; luego de unos segundos le extendió a HyunJin para que vea una foto, en ella estaba el chico que tenía delante suyo junto al mismísimo Kim SeungMin, quién lo diría.

—Es él. — Confirmó Hwang, sacando su movil para mostrarle una foto que tenía con el chico en cuestión.

El menor jadeó. —¿En serio? nunca me contó sobre ti. — Formó un puchero.

—No es algo importante, además tal vez no le guste hablar al respecto. — Rápidamente le restó importancia.

El pelirrojo se encogió de hombros y siguió completando la tarea correspondiente.

El jueves se levantó bastante temprano y decidió ir a buscar a SeungMin hasta su casa, nunca creyó que haría eso alguna vez, pero ahí estaba, más impaciente que nunca por saber sobre la vida privada del mayor.
A las siete menos diez ya estaba parado frente la casa de su amigo y se sentó frente a ésta a esperar a que saliera; alrededor de cinco minutos pasaron y escuchó cómo se abrían las cerraduras, por lo que decidió levantarse.

Un muy confundido SeungMin se le quedó mirando por un rato.

—Mejor ni pregunto. — Dijo, mientras comenzaba a caminar hacia el instituto.

—¡Espera! ¿conoces a un tal HyunJin? — Le habló desde atrás, SeungMin paró de caminar y giró para verlo, demostrando asco en su rostro.

—¿Hwang? no me hables de ese estúpido, por favor.

—¿Estúpido? pero si-- hhh ¡entonces sí lo conoces!, ¿estuvieron en algo?— SeungMin lo miró confundido.

—¿Estar en algo? pero si ni siquiera me habla.

irréalité florissante ; hyunjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora