Las 23:59
Un minuto antes
Un minuto antes de un nuevo día
El cuál podía haber sido mejor si me hubiera cruzado con tu sonrisa.
Las 23:59, la hora del sábado noche que te conocí, en ese concierto gratis al que fuí por cumplir.
Las 23:59, el momento en el que nos dimos nuestro primer beso, en el parque típico al que solías ir para evadirte de lo que te tenía preso.
Las 23:59, el momento en el que te volví a ver en el metro de camino a casa, y yo como siempre me tropecé y me ayudaste a recoger todo lo que llevaba.
Si el tiempo se marcaran en la piel esa hora estaría tatuada en mi memoria desde el primer día que cruzamos miradas.
Contigo descubrí que quién nos busca un sábado noche no siempre es el que te cuida un viernes de desorden.
Ahora voy camino a tu casa para tatuarme en la espalda tus besos que busco desde esta mañana.
Ahora espero que me dejes tatuar otro momento más con el que poder contar para al final lograr tener tantos 23:59 que nunca saber por cuál empezar.
Son las 23:59, y lo que me pide el corazón es que hoy sea viernes.
