Vagando en el basto mundo de posibilidad. Soy amiga del azar que en sus manos encierra la paz y la calma. Dejar fluir por sus laboriosos caminos y rompe, de repente, con aquello que calma y llena, para volver a vaciar y volver a aprender. Nada sigue siendo como antes. Estamos en un mar alado que por las nubes grita a tientas un sufrido victoreo de libertad.