one

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Sus manos recorrieron los costados del pelinegro, todo se sentía caliente. El aire frío ahora estaba hirviendo a su alrededor, jugando con la sensibilidad de su piel. Los besos resbalaban por su cuello y una lengua se encontraba con el lóbulo, la respiración irregular barrió en su pecho y sus caderas se encontraron una vez más en un embate furioso. La gotas de sudor cayeron por su frente, bañando los mechones castaños.

Su mente no podía pensar en nada más, sólo lo que tenía ahí. El delicado pelinegro gimiendo debajo de sí, con sus preciosas piernas abiertas sólo para él. Su bonito cuerpo cubierto de sudor, luciendo sus marcas con orgullo, reclamándole como su propiedad. Sus bonitos ojos cerrados y sus labios rojos e hinchandos por los besos, aquél sonrojo que cubría sus mejillas y su cabello despeinado por los dedos que se enredaban en él. Adoraba la manera en que lo veía cuando lograba abrir los ojos para mirarle directamente a los ojos, con la mirada perdida y los ojos brillantes,  su voz apenas salía de entre sus labios temblando y susurrando su nombre mientras sus manos se aferran en su cuello. Lo amaba. Claro que sí, cada parte de él, era perfecta. Lo confirmó una vez más cuando bajó un poco más sus manos hasta jugar con el borde del ajustado jean.

—Me encanta tenerte así. Tan hermoso. Tan mío, porque eso eres, sólo mío.

Lo confirmó cuando el más joven gimió su nombre cuando su boca se apoderó de los pequeños botones rosados mientras sus manos trabajaban en bajar la molesta prenda. No podía recordar cuantas veces lo había tenido así, en esa posición, bajo su merced. Siempre causaba el mismo efecto, quería enterrarse en él hasta que los vecinos memorizaran su nombre, hasta que el mundo pudiera saber que él era completamente suyo.

—Es una lástima que nadie sepa que el único que te folla así soy yo. Es una lástima, bebé.

La noche fue testigo una vez más de cómo ambos disfrutaban plenamente del otro, entregándose a través de besos húmedos, embestidas apresuradas y chasquidos. No conocían otra manera de demostrar que le pertenecían al otro.

Eran un secreto, nadie nunca lo iba a saber.

Secreto // TaeKook auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora