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El sudor resbaló lentamente desde su frente hasta perderse dentro de la camiseta blanca. Giró una vez más, sintiendo sus tendones estirarse y contraerse. Dolía. Dobló su cuerpo dando una vuelta doble seguido de un traspiés, cayendo finalmente.

-¡No! ¡lo estás haciendo mal de nuevo!

Sintió su estómago revolverse y sus extremidades temblar, no podía más. Tenía siete horas seguidas de práctica, dando las mismas vueltas y giros una y otra vez, escuchando los gritos de su instructor. La voz retumbaba en sus tímpanos como un eco, no se sorprendería si en cualquier momento perdía el conocimiento.

-Levántate. Ya son las siete treinta, tu madre dijo que tenías que estar listo a las nueve. Ve y prepárate.

Asintió, casi sin fuerzas. Apoyó su frente del suelo, la bilis subió por su garganta. Su cuerpo no respondía.

-¡JungKook! ¡ve! ¿qué estás esperando?

Tambaleándose se puso de pie, esforzándose por no irse de bruces al suelo. Con su brazo extendido se apoyó de las paredes, caminando lentamente.

*

-¿Puedes quitar esa cara?

TaeHyung miró a la pelirroja con una ceja alzada y volvió a reír irónicamente por cuarta vez en ese día.

-Es la única que tengo. Si no te agrada, no la veas.

-¡Eres imposible, TaeHyung!

El castaño gruñó, su sangre hervía en sus venas. Quería salir corriendo de allí. Malditamente quería huir de esa situación, de esa estúpida cena. Lo deseaba casi tanto como ver a su niño bonito, que en el caso de que su esposa no estuviese mintiendo, significaba que estaría presente esa noche.

-¿Terminaste con tu hostigamiento? Quiero irme.

SeulGi negó, apretando el agarre alrededor de su antebrazo.

-No, no te irás. Esta noche será perfecta para mí y no vas a arruinarlo.

-¿Arruinaré tu teatro? De todas formas ya eres la bruja malvada del cuento, ese papel es todo tuyo.

La pelirroja soltó su brazo y posó ambas manos en sus caderas, alzando una ceja.

-¿Me dices a mí que soy una bruja cuando tú tienes amantes? ¿qué dice eso de ti, príncipe?

TaeHyung retrocedió un paso, aliviado por estar libre. No respondió. Ambos laterales de su boca se alzaron en una sonrisa cínica. Qué gracioso.

-¿Ahora te ríes? ¿te parece gracioso que me dejes como una burla delante de todas mis amigas?

-¿Tú te atreves a decirme algo? SeulGi, no puedes tener cola de paja si quieres acercarte al fuego.

-¡No, no! ¡ni te atrevas a insinuar algo como eso de mí!

El castaño no lo evitó, dejó que una suave risa se deslizara de sus labios. Se metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón, tanteando en busca de su teléfono.

-Mira, ya lo hice.

Se volteó y se alejó un par de pasos más allá, sacando el móvil del bolsillo. Una hora y media más. Podía resistir un poco más hasta ver a su novio.

-Esto no acaba aquí, Kim. Por ahora, no hagas ningún desastre y mantén la compostura; no te perdonaré si lo arruinas.

TaeHyung fingió no haber escuchado absolutamente nada y caminó hasta la cocina, los empleados iban de aquí a allá llevando bandejas con bocadillos, otros cuántos cocinaban y unos más decoraban y terminaban el resto.












Lo sé, es demasiado corto para considerarlo un capítulo. Necesito disculparme con todxs ustedes por haber tardado tanto tiempo para actualizar y luego simplemente subir unas pocas líneas. La razón es que he estado muy ocupada con asuntos personales y no había tenido mucho tiempo libre, hasta ahora. Prometo subir un capítulo de al menos mil palabras en mi próxima actualización. Gracias.

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⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

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Secreto // TaeKook auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora