Empress Running Away with the ball¡ (PARTE DOS)

Capítulo 301: ¿Para qué me llevas?

Los terrenos de caza de la familia real estaban ubicados en los suburbios de la capital. Cubrió una vasta área, que contiene dos colinas.

Chu Shao Yang y Chen Ning abandonaron el palacio del rey antes. Trayendo un grupo de subordinados, dirigiéndose a los suburbios de la capital.

Los dos estaban montados en la flor de jade y los caballos con fecha roja, yendo en su camino.

Chu Shao Yang vestía una túnica morada, lo que hacía que su figura pareciera aún más alta. Sentado sobre el caballo de flores de jade, luciendo refinado y atractivo, ganando elogios de ambos lados de la calle.

Chen Ning llevaba puesta la ropa de caza azul claro que le envió la princesa mayor y un velo en la cara. Ella también estaba generando muchas discusiones a su alrededor.

"Todos dicen que la princesa King Ding Yuan es un monstruo feo. ¡Parece que es verdad!"

"Eso es correcto, de lo contrario, ¿por qué tendría que usar un velo? ¡Está muy claro que ella es un monstruo feo!"

"Ai, es una pena para el heroico y apuesto Rey Ding Yuan. ¡En realidad tiene que llevar a una mujer tan fea como su princesa!"

Las palabras de la gente inevitablemente entraron en los oídos de Chu Shao Yang.

Estaba solo de buen humor, pero ahora estaba instantáneamente lleno de vergüenza y enojo. Miró enojado a Chen Ning hacia un lado, "Quítate el velo".

"Bien." Chen Ning rápidamente se quitó el velo en la cara.

Nadie pensó que las discusiones serían aún más fuertes.

"¡Realmente es fea! ¡Esa cara es más fea que el culo de un mono!"

La cara de Chu Shao Yang se puso verde de ira. Mirando a Chen Ning con una cara roja y blanca, dijo, "Chen Ning, ¡no podrías poner todo eso en la cara!"

"Su alteza, esta princesa especialmente vestida para la gran cacería, pasó cuatro horas en esto. Esta princesa siente que se ve bien. Si a su alteza no le gusta, ¡entonces no puede verla!"

Chen Ning se encogió de hombros indiferente. Se quitó el velo y miró a su alrededor, ganando abucheos a su alrededor.

"¡Ponte tu velo!" Chu Shao Yang sintió que su cara estaba lo suficientemente caliente como para cocinar panqueques.

"Lo usaré solo porque tú quieres que yo? ¿Quién crees que soy? ¿Tu doncella?"

Las cejas de Chen Ning saltaron. Al ver que la nariz de Chu Shao Yang se torcía con ira, finalmente se puso lentamente el velo.

La sien de Chu Shao Yang palpitaba de dolor. Tiró de las riendas y golpeó el estómago del caballo, haciendo que el caballo de flores de jade se adelantara, dejando a Chen Ning lejos de él.

Chen Ning avanzó lentamente con la fecha caballo rojo.

Incluso si Chu Shao Yang corría rápido, aún tenía que esperar a su princesa legal.

Efectivamente, antes de llegar a la entrada del lugar de caza, pudo ver la figura de Chu Shao Yang.

"¿Por qué eres aún más lento que una tortuga?" Al ver que su caballo se acercaba, él le gritó enojado.

Chen Ning ni siquiera lo miró una vez. Miró las banderas que ondeaban en el terreno de caza, los robustos caballos y los jóvenes que montaban esos caballos. Este lugar estaba muy lleno.

Ella sonrió y elogió: "¡Hoy realmente es un buen día para una cacería!"

Chu Shao Yang vio los ojos de Chen Ning cambiar cuando vio a esos jóvenes y no pudo evitar apretar los puños.

¡Esta fea mujer nunca antes había visto hombres!

¡Maldita sea!

Si se atrevía a arruinar su reputación frente a todos, ¡la estrangularía hasta la muerte!

Había eunucos en la puerta para darles la bienvenida. Los condujeron al coto de caza para encontrarse con la princesa mayor.

En el centro de la multitud, los dos vieron al instante a la Princesa An Le.

Ella estaba montada sobre un caballo alto y blanco como la nieve. Las ropas de caza rojas como el fuego la hacían parecer vivaz y llena de vitalidad.

Había un caballo negro puro a su lado con un joven de túnica blanca sentado sobre él. Con una cara como la nieve, una cara como una pintura, y una manera fresca y refinada, parecía que procedía de una pintura.

Chen Ning sabía que este joven apuesto de la túnica blanca era Ye Ting Xuan sin lugar a dudas.

No es de extrañar que la princesa mayor se enamorara de él a primera vista. ¡Realmente nació con gran belleza!