2: L L E G A D A

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No sé cuantas horas he estado encerrado en este carro pero, si se que han sido las horas mas largas e incómodas de mi vida y es que aquellos tres hombres no te hacían el viaje más fácil. Uno de ellos, el payaso, todo el camino me miró con un terrorífica cara que parecía que me iba a tragar en cualquier momento; otro, el de cicatrices en el rostro, hablaba de sus experiencias con mujeres detallando las partes sexuales de una forma asquerosa; y el tercero estuvo callado todo el camino pero por el retrovisor me miraba con una expresión seria como si fuese a matarme. Sin duda alguna esta escuela no creo que llegue a gustarme.

Llegamos — al escuchar aquello, suelto un suspiro de satisfacción y siento como si mis músculos pudieran relajarse al fin.

Asomo mi cabeza por la ventana del auto, admirando el lugar en donde pasaría los siguientes seis años. La entrada estaba resguardada por una reja metálica y un par de guardias que la custodiaban; un cuantos metros más puedo visualizar un par de estatuas de personas que no logro reconocer, tal vez los que iniciaron el proyecto; y al final del camino logro visualizar la gran escuela sintiendo como grita mi nombre esperando por mi.

Bien aquí te bajas — el hombre de la cicatriz me hablo mirándome por el retrovisor haciendo una no muy buena seña para que baje del auto.
Pero que grosero es este tipo, si tan solo fuera más temerario ya le hubiese echo más cicatrices desde la primera vez que me hablo así.

Bajo del auto y para mi no tan agradable sorpresa, el hombre con sonrisa de payaso ya esta abajo del carro con todo mi equipaje a sus pies. El me ve y extiende la sonrisa aun mas para después extenderme su mano. Ni loco la volveré a tomar.

Gracias... — fue lo primero que atino a decir apartando su mano de mi camino y recogiendo mi equipaje para salir huyendo de ahí lo más rápido posible.

Al menos, ahora que estoy en la escuela me da gusto decir que esos no son los secuestradores de chicos "T-B" de los que tanto se habla en la radio y la televisión.
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Puedo presumir que la escuela es justo como mi hermana Sayuri me la había contado en los mensajes de texto que debes en cuando me mandaba. Los grandes edificios con muros fuertes y reforzados; los ventanales de cristal que únicamente se encuentran en el primer piso dejando los superiores a la imaginación; y el techo echo de alguna clase me metal que brillaba de distintos colores dependiendo de que lugar lo mires. Sin duda alguna estos seis años serán emocionantes.

Camino a la entrada del edificio siguiendo a un montón de chicos que caminan en la misma dirección que yo, de igual forma con equipaje y algunos ya con uniforme. De seguro chicos de niveles superiores o algo por el estilo.

La entrada más que una gran puerta de una escuela de renombre parece una entrada a un establecimiento de comida rápida o un café Internet, y es que la entrada es muy chica la verdad y parece más una habitación que todo. Realmente las personas aquí no tienen buen gusto para las bienvenidas y mi teoría se confirma al ver al fondo de esta entrada -habitación, la palabra Bienvenidos echa de fomi de colores brillantes alado de un cactus, ambos bañados con un poco de polvo. Acaso debo de decir más.

Siguiendo a las otras personas, cruzó por una pequeña puerta en uno de los laterales de esta habitación. Al llegar ahí el olor a incienso llego hasta mis fosas nasales con un golpe de canela y lavanda. Realmente no se quien estaría prendiendo un incienso aquí pero tal vez era por la cantidad de personas que hay y los olores corporales que estos tienen. No digo que yo no los tenga solo que hay personas que huelen mejor que otras.

Estas formado? — la voz chillona y mandona de una chica hizo que saliera de mis pensamientos y girará mi cabeza buscando de donde provenía esa voz.

Enfrente mio o más bien detrás, una chica de tez clara, regordeta y con la cara pintarrajeada con maquillaje. Me miraba seriamente esperando mi respuesta a su pregunta pero, ¿a que se refería con formado?. Gire de vuelta mi cabeza y mire que efectivamente frente a mi, una gran fila hasta lo que parecía la recepción se alzaba con varias decenas de "alumnos" (creo) , de estaturas y apariencias diferentes.

Si... — atino a contestar lo más rápido que mi cerebro lo procesa ubicando e detrás de un chico alto, de sudadera negra y una gorra roja de esas que tienen logos de equipos famosos o marcas.

La fila comenzó a avanzar más rápido de lo que creí y en cuestión de segundos ya estaba al frente de la fila, con una señora o señorita (nunca se sabe), que atiende la caja. Esta es morena y muy delgada, su cabello es negro y lo tiene sujeto en un gran chongo y en su rostro hay unas pocas arrugas indicando lo experimentada que ella ya estaba.

En el tiempo que estuve en la fila logre ver que los chicos eran divididos en dos grupos. Unos pasaban rápido mostrando una credencial y subiendo al piso de arriba y el otro grupo, uno más pequeño, se tardaba más de lo normal y son ubicados al fondo de este pasillo, por que eso es donde estoy, un gran pasillo con múltiples puertas y salones.

Nuevo integrante? — la voz de aquella mujer hizo que centrará mis ojos en ella y respondiera afirmativamente moviendo la cabeza arriba y abajo.
—A continuación te haré un par de preguntas y tu deberás de contestarlas ¿De acuerdo? — vuelvo a asentir pero esta vez recargo mis brazos en el mueble de la recepción para estar un poco más cómodo, yo solo recibo una mirada molesta por parte de ella y bajo mis brazos otra vez tomando una posición más recta, vaya que esta mujer asusta.

¿Nombre? —
Jeremi, Jeremi abadz —
¿Edad? —
18 años—
¿Porque esperaste hasta tener la edad obligatoria para entrar al proyecto? — esa pregunta, logró hacer que me quedara pasmado unos instantes antes de contestar. No sabía porque había decidido entrar tan tarde como ella dice pero, la respuesta de no me sentía cómodo o algo así siento que es muy estúpida.

No creí que fuera el momento adecuado — conteste aun dudando de la respuesta.

Okey — se limitó a contestar la otra chica escribiendo un par de cosas en su ordenador y ahora que lo veo escribe bastante rápido tal vez es una súper secretaria — Ve al fondo del pasillo con esos chicos y en unos momentos los atenderán — ella señaló al grupo de nuevos al fondo del pasillo y camine con lentitud hasta allá sintiendo como la mirada de esos chicos caía en mi pero solo fueron unos instantes para que después volvieran a su propio embrollo.

Al estar ahí ahora yo soy el que analiza a cada chico fijándome primero en su rostro y después las cosas que traen consigo. Me abro paso entre los chicos y me ubico en el punto más alejado de ellos, sentándome en el suelo en medio de mis maletas. Todos los chicos de mi grupo son sumamente callados, claro a excepción a un par de chicas que no paran de hablar y coquetear con los chicos a su alrededor, ambas tienen una voz molesta y muy muy chillona.
Sigo mirando a mis compañeros intentando reconocer a alguien para entablar platica pues la espera ya a sido bastante aburrida.

Frente a mi se encuentra la chica de cabello negro y ahora con anteojos que me había hablado en la fila. Era nueva, igual que yo, y se encuentra pérdida en su teléfono. Tal vez deba me parar y hablarle e intentar hacer amigos para variar pero, tal vez esa chica no viene a hacer amigos y termine en ridículo frente a mis nuevos compañeros. Tal vez lo mejor era no hablarle y esperar, si eso era lo mejor.

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