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Terminó de grabar su instastory donde hacía un pequeño spam acerca del nuevo show que estaría presentando junto a su colega Martín.

Decir que estaba emocionada por aquel proyecto era poco. Se trataba de la primera vez que interactuaría en un público en vivo, donde el editar y corregir era más que imposible.

Escuchó el timbre de la entrada resonar por toda la desértica casa. Se le hizo extraño puesto que, sus padres y su hermano poseían llaves para evitar escenas como esas, donde Ori debía pararse de la comodidad del sofá, pausando el vídeo de Pew y soltando maldiciones de camino a la puerta.

—Alto boludos son, lleven las putas llaves cuando salgan de casa...— Se quejó mientras habría la puerta, recibiendo a la persona impertinente que arruinó su viernes de paja.

Sus ojos se abrieron ante la vergüenza al ver de quien en realidad se trataba.

—Déjame tus llaves y le saco duplicado, pelotuda— Comentó con fingido semblante serio, mientras entraba a la casa sin siquiera pedir permiso.

A eso llegaba su nivel de confianza.

Martín caminó hasta la sala con Ori persiguiendolo a paso aperezado. El chico se tiró sobre el mueble donde minutos antes estaba la castaña tirada cual vaca preñada.

La chica se ubicó en el sofá de en frente.

—¿Qué haces aquí?— Cuestionó al ver que simplemente la observaba sin querer pronunciar palabra alguna.

Martín soltó un suspiro cansado y se dispuso a extraer algo de su bolsillo trasero.

Se lo tendió a lo que Oriana lo recibió sin dudarlo.

Vio tres boletos donde la palabra "Sin domesticar" y el rostro de ambos chicos resaltaban.

—Es oficial... ¡El primer Show es en tres semanas!— Exclamó levantándose del sofá con la euforia en su semblante.

Oriana ensanchó los ojos con la sorpresa desbordandose en su sistema. Se levantó igualmente y corrió hacía los brazos del varón para rodearlo mientras gritaba y reía de la felicidad.

—¡No lo puedo creer!— Volvió a exclamar la chica separándose de Martín— Presentaremos un show en el teatro más grande de Córdoba.

Martín asintió igualmente emocionado. No era su primer show, pero si era el primero en donde él sería el mayor de los protagonistas. Nadie lo opacaría allá arriba.

—¿Y estas entradas son...?— Inquirió la castaña sabiendo de antemano que ella no necesitaría de ellas para ingresar.

El varón se volvió a ubicar sobre el mueble. Cruzó sus piernas en pose relajada y prosiguió a responder.

—Daselos a quien quieras... son tuyos— Informó con algo de desdén— Si necesitas otros sólo tienes que decirme.

Ella asintió agradecida sabiendo que con ellos le bastaba. Se los daría a las personas más importantes de su vida... su familia.

Siguieron charlando un poco más sobre el show y los preparativos que habían estado haciendo, hasta que Martín decidió irse con la excusa de que debía realizar algunos trámites.

Ori no objetó y simplemnte se despidió, mientras la sonrisa de estúpida no desaparecía gracias a la emoción de poder cumplir uno de sus tantos sueños.

*🕯*

Su valija estaba casi lista, volvió a repasar que necesitaba para el viaje y se dio cuenta que aún le faltaba comprar algunas cosas, como bálsamo y algunos chuches para el viaje.

Salió de su cuarto mientras se ponía un suéter. Tomó las llaves del auto e igualmente las de la puerta de la entrada. Gritó avisando que saldría unos minutos, ganándose una despedida por parte de su madre y padre.

Entró al auto y lo encendió para dar por comenzado su viaje hasta la plaza. Reprodujo su lista de Spotify haciendo que el auto se inundara de la ronca voz de G-eazy interpretando uno de sus temas favoritos. Comenzó a murmura la letra de la canción, tratando de seguir el ritmo rápido que éste tenía.

La música se detuvo cuando una llamada entró al móvil. Ori contestó poniéndolo en manos libres para no sufrir un accidente o algo parecido mientras conducía.

¡Gila! ¿Estás ocupada?— Inquirió al instante una voz bastante conocida.

—Voy en camino a la plaza... ¿Qué querés?— Cuestionó devuelta.

Se escuchó unas risas y murmullos a través de la línea, luego la voz de Martín volvió a resonar.

Necesito que me des un aventon a mi y a una amiga— Ori frunció el ceño. Que Martín le pidiera favores de ese tipo justo a ella era extraño. Eran amigos, pero no se tenían la suficiente confianza e incondicionalidad como para recurrir al otro para cualquier cosa— Mi auto está en el taller y ninguno de los otros pelotudos me cogen el teléfono.

Oriana suspiró con fastidio y finalmente accedió rodando los ojos.

—Te quiero en cinco afuera de tu apartamento... vos sabes que me da alta paja esperar— Informó a lo que Martín rió aceptando— Adiós.

Martín se despidió y finalmente cortó la llamada.

Oriana giró hacia el carril de al lado para tomar dirección contraria en camino a casa del varón.

*💊*

Mi primer book... no sé que decir (Alta tonta la piba)

I. Capítulos cortos.

II. Errores ortográficos y/o gramaticales corregidos una vez sea terminada la novela.

III. Me basaré en varios eventos reales, pero la trama será totalmente ficticia.

IV. Narración en neutro y diálogos con vocablo argentino.

I don't know 【Orimente】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora