Prólogo

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ALEMANIA – 2011


Se escuchaban las patrullas por cada rincón de Berlín, revisando casa por casa, en busca del responsable del asesinato del periodista más importante de la ciudad.

−Algo me dice que papá tiene que ver con esto −comentó el joven mientras se encontraba cenando.

−No lo sé hijo, pero es bastante probable que eso sea cierto −contestó un tanto nerviosa la mujer mientras caminaba de un lado a otro.

−Ya mamá, no es para tanto −habló el chico de nuevo mientras terminaba su plato de comida.

Y la verdad era que si es para tanto, la mujer había alejado a su hijo de los peligros en los que su antiguo ex-esposo solía estar involucrado, aunque el hecho de que su hijo en un par de días cumpliría 20 años le asustaba un poco, por el hecho de que podría irse sin darle explicaciones a nadie.

Volviendo un poco atrás.

Cuando Evelyn conoció a Theo, estuvo fascinada con él, su actitud ruda y su carácter dominante, eran cosas que ella jamás había visto en un hombre y se enamoró perdidamente.

Se casaron a los meses de empezar su relación y después tuvieron a su pequeño.

Al comienzo de su matrimonio todo iba perfecto, ambos mantenían sus trabajos y sacaban a su familia adelante.

Hasta que llegó el momento de pagar deudas, facturas y demás, con el trabajo de Theo ambos cubrían los gastos, pero por problemas en el área de trabajo, a Theo lo despidieron y poco a poco la frustración lo fue consumiendo, hasta el punto de meterse con personas realmente peligrosas.

Empezó a relacionarse con el mundo de las drogas, tráficos ilegales, entre otras cosas.

Con el pasar de los años el matrimonio cada vez se iba desgastando, los policías visitaban su casa con más frecuencia. Hasta que llegó el momento en donde Evelyn se cansó, se cansó de esperar en su casa angustiada, sin saber si su esposo volvería con vida o no, si su hijo crecería sin un padre.

El proceso de divorcio entre Theo y Evelyn resultó realmente complicado, ya que él se negaba rotundamente, no iba a permitir que lo alejaran de su hijo.

Al final, Theo aceptó y se alejó de ambos, pero, aseguró que no sería la última vez que sabrían de él.

Llegó el día donde el hijo de Evelyn cumplía 20 años.

−Mamá, no me esperes. Saldré con... con unos amigos −Y sin más, Evelyn se quedó sola en la casa de nuevo.

Desde hace unos días ella había notado un comportamiento extraño en su hijo, al comienzo pensó que debía ser por la edad, ese fue su pensamiento hasta que una noche su hijo llegó con otros hombres, con capuchas y algo que logró distinguir como un arma.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó el motor de una motocicleta frente a su casa.

Entre aterrada y alarmada, se asomó discretamente por la ventana, para ver de quien se trataba.

Su miedo creció mucho más cuando se dio cuenta que se trataba de unas personas vestidas de un color oscuro, tal vez negro. Se alejó de la ventana al notar que una de las personas la observó directamente.

Segundos después tocaron la puerta con mucha de fuerza.

−¡Señora abra la puerta! −gritó la voz de un hombre desde afuera.

El miedo en Evelyn era bastante notorio, estaba nerviosa, no sabía cómo reaccionar.

−Señora, por favor, abra o mis hombres se verán en la obligación de derrumbar la puerta −habló esta vez la voz de una mujer con un tono más calmado.

Dura DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora