Capitulo 3: Mi Ira y mi Loba

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_~Recapitulación~_

-¿Alfa?, ¿podría ir a ver a mis padres, por favor?- dije mirándole con una mirada de cachorrito.

Todos se miran entre ellos.
Oh, no...

-Tus padres están en coma, Mackenzie.

_~Recapitulación~_

Tus padres están en coma...
Están en coma...
En coma...
Coma...
Coma...
Coma...

Esa palabra se repetía todo el tiempo en mi cabeza intentando que se asimile. Yo no entendía nada, estaba en shock, paralizada y al parecer también son mis sentidos.

-¿Macks?- me pregunta Sean después de un par de minutos estática.

Parpadeo unos instantes sin entender lo que hay a mi alrededor, el señor Black preocupado, Sean igual y Lucas... Sin expresión.

-¿Desde cuándo?- esta es la primera pregunta que me llega, y la agonía con los puños apretados para clavar las uñas en las palmas y así controlar mi voz al menos.

-Desde hace 3 meses.- Y me sorprende que me me conteste Lucas, aunque viéndolo bien el parece el más relajado, como un martes más por la noche: colegio, casa, deberes, play4 y tus padres en coma... Suuuper normal.

-¿Por qué, dónde y sobre todo, quiénes?- sigo esperando sobre todo la respuesta de la última pregunta.

-Fueron atacados por Pícaros (lobos desterrados de manadas que crean una propia con la que viajan sin rumbo evitando que las manadas les haga nada y haciendo cosas que a veces es mejor para ojos y oídos no saber) en el claro oeste del territorio.- Contesta el señor Black recuperando la voz.- Y el porque para ellos no importa, solo a cuántas víctimas matan o hieren.

Cuando termina de contar siento un líquido recorrer mi puño derecho hasta caer hacia la alfombra peluda blanca del suelo. Miro la gota, sangre.
Miro desconcertada mis puños y en ese momento me doy cuenta de la fuerza con los que los aprieto. Abro los puños lentamente sacando las uñas, ahora crecidas por el enfado, de la carne de mis manos. Siento irá, necesito desahogarme, así que miro un momento a mi Alfa asintiendo brevemente con la cabeza para después salir corriendo por la puerta principal hacia el bosque. De un salto desde el porche de la casa me convierto en loba en el aire cayendo ya sobre 4 patas rompiendo completamente mi ropa. Corro como nunca hacia el bosque, la ira me alimenta haciéndome recordar todas las palabras de la conversación, pero sobre todo 4 de ellas:
     -Pícaros.

     -Claro.

     -Ataque.

     -Coma.

Sin darme cuenta estaba siguiendo el rastro de mis padres hasta el claro.
Al llegar me situó en su centro pateando y arañando la hierba lo más fuerte posible con las garras de mis patas delanteras, odiando lo que pasó sobre ella. Levanto la cabeza hacia el cielo y aullo mi irá al cielo, soltando todo lo que tenía dentro, absolutamente todo.

Cuando termino vuelvo hacia la casa en un suave paseo, haciendo que dure más y así pasando cerca de un lago para mirar mi reflejo. Soy una loba grande, con un tamaño considerablemente más grande al de una hembra normal, mi pelaje es de un negro profundo como el cielo nocturno y mis ojos son tan grises como la luna, igual que en mi forma humana, que contrasta con mi pelo castaño oscuro y ondulado.

Sí que somos parecidas, tienes razón.- Dice una voz en mi cabeza.

Como no creo en voces en la cabeza  miro a mi alrededor para ver quién habló.

-Tan lista y tan tonta a veces, querida Macks, ¿En serio no crees en voces en la cabeza mientras que tú eres una mujer lobo?, ¿Y tú te haces llamar persona coherente?- dice la misma voz.

Vale tal vez tenga algo de lógica su razonamiento, así que solo por eso le hablo.

-¿Se puede saber quién eres y por qué me hablas?- digo yo algo dudosa, no me juzguen por dudar, estaba hablando con una voz de mi cabeza.

-Soy Rosali y soy tu loba- y puedo sentir como sonríe, no sé cómo pero puedo hacerlo.

-¿Por qué me hablas ahora y no lo hiciste antes?- sí, la he creído, y qué, al fin y al cabo esta en mi cabeza, al menos de que me corte la cabeza creo que no callará.

-Porque ahora puedo, antes al no llegar tu a la mayoría de edad yo no podía hablar y establecer la conexión completa entre nosotras. Ahora ya te podré hablar, dar consejos y reírme de las cosas que haces.

-No se supone que eres mi loba, y prácticamente somos la misma persona ¿Y te vas a reír de mí?- digo con una pequeña sonrisa todavía mirando el lago.

-¿Te crees que tengo ahora algo mejor que hacer?- lo pienso un poco mientras me tumbo, todavía alerta, mirando el agua.

-Que yo sepa no.- asiento dándole la razón.

-Ve a la casa, te cuidarán y mañana hay que ir al infier... digo instituto- Bufa un poco- suerte que es el último año, es muy aburrido estar ahí encerrado.

-Ya voy, ya me voy- digo riéndome está vez de verdad.

Me reencamino de nuevo hacia la casa y al intentar transformarme me doy cuenta de que no tengo ropa de recambio así que cogí una sábana que había en el banco del porche para transformarme y envolverme en ella, suerte que eran finales de verano y todavía hacia bastante calor.

Entro en la casa encaminándose hacia las escaleras, que para mí desgracia estaban en el salón. Cuando entro en la habitación los veo a todos conversar con las cabezas gachas, una conversación que paran sorprendidos al verme envuelta solo con una manta, mis manos ya curadas, mi mirada inexpresiva, y mi ánimo indiferente, ni que fuera a volver de otra forma. No lloro a menudo, pero sobre todo delante de alguien, me haría sentir débil, así que rara vez lo hago, y si lo hago es en soledad.

-¿A qué hora empieza mañana el instituto?- pregunto con la misma mirada.

Se quedan un rato en silencio hasta que me aclaro la garganta para hacerles saber que necesito respuesta.
El señor Black carraspear y habla.

- A las ocho y media empiezan las clases, a las ocho estará el desayuno hecho,- hace una pequeña pausa mirándome, como si lo sorprendiera lo entera que parezco- los chicos te llevarán en coche. Tus cosas ya están listas y puestas en tu habitación.

Asiento levemente y les deseo buenas noches antes de subir a mi nuevo cuarto, que es una habitación al final del pasillo con un balcón que da al un pequeño lago a la distancia y, claramente, hacia el bosque.
Me di mi muy esperada ducha, me pongo una camiseta de hombre granate que me llega un poco más abajo de la mitad del muslo. Me hago un moño, bebo un vaso de agua que traje antes y me meto bajo las sábanas de seda, muy cómodas y suaves, en mi cama tamaño King.

No me di cuenta de lo cansada que estaba hasta caer en los brazos de Morfeo al minuto de poner la cabeza en la almohada.

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Este capítulo fue algo introductorio en la personalidad y las reacciones y emociones de la protagonista.
Aunque Rosali también tiene su protagonismo en la historia.
¿Qué os parecen los personajes hasta ahora?
Y lo más importante (solo un poquitito más que la anterior), ¿Para todo el mundo es tan horrible volver a estudiar después de unas vacaciones de no hacer nada?😅
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Todo el Love del Mundo,
A.M.

Mujer Loba: La Huella Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora