Irene Cruz
- ¿Estás bien? – Respira Irene, respira. No, no, es imposible. Tengo al mismísimo Niall Horan delante de mis narices, hablando conmigo. A mí. ¿Hola?
- Lo siento, no estoy acostumbrada a ver a un famoso y menos a uno de mis…. Bueno ¿Qué te voy a contar? Sabes de sobra a lo que me refiero – Apenas podía hablar, parecía una gelatina y no podía pronunciar palabra alguna sin evitar ponerme nerviosa y tartamudear.
- Tranquila, no pasa nada – Reprimí una risa irónica - Encantado, yo soy Niall - Reprimí una risa. Sabía de sobra cual era su nombre - pero mis amigos me llaman pequeño irlandés o simplemente Nialler.
- Yo soy Irene y mis amigos me llaman… Irene – Dios, eso había sonado idiota.
- ¿Irene? Bonito nombre, oye si quieres puedes venir a sentarte a mi mesa. No creo que a Harry le importe – Relaja Irene, respira hondo.
- Realmente me gustaría pero estoy con unas amigas y no estoy segura de…
- Seguro que quiere sentarse con nosotros. Venga, por favor, veniros – Esos ojitos me estaban hipnotizando y lo único que me salía de los labios era un simple “Sí”. Por favor Irene deja de ser tan tonta, compórtate.
- De acuerdo, hablo con ellas y ahora vamos – Debo de parecer una lunática porque no paro de sonreír.
- Perfecto. Estamos en la mesa 23, al final del pasillo – Vi claramente como me lanzaba un guiño que acababa de hacer que mi cuerpo temblara.
Pero vamos a ver Irene, que es un simple chico. No dejes que influya tanto sobre ti. Joder, toma las riendas de ti misma. Mierda, ¡ah! Tengo que dejar de hablar conmigo misma.
Fui directa a la mesa donde estaban Hannah y Mónica. Me senté intentando recuperar el aire. Las dos me miraban divertidas y esperando una explicación de por qué mis mejillas estaban del mismo color que mi pelo. Lentamente les expliqué todo lo sucedido. Hannah parecía estar emocionada, al igual que yo, pero Mónica – típico – se negaba a ir.
- Te lo pido por favor Mo, vamos – le supliqué. Estaba literalmente de rodillas y rogándole que aceptara la invitación.
- Me. Debes. Una. Grande – Me respondió marcando muy exageradamente cada palabra.
Automáticamente me levanté con una gran – enorme – sonrisa. Hannah cogió a Mónica del brazo y caminamos deprisa hacia el número de mesa que me había dicho Niall. Pero cuando llegamos no había nadie. Yo no entendía nada. Escuchamos muchas voces y cuando giramos nuestras cabezas vimos a miles de chicas jóvenes gritando. Entre ellas habían unos cinco guardaespaldas y entre ellos, Niall Horan y Harry Styles. Sentí algo encogerse dentro de mí. Miré a Mónica quien me lanzaba miradas de “Lo siento”. Volví a girar la cabeza y ví a Niall, esta vez él intentaba comunicarse conmigo. Hacía señales muy raras, refiriéndose a la mesa. Entonces miré a ésta, la número 23. Encima de ella se encontraba una servilleta con una descripción:
“Lo siento, encantado de conocerte. Espero volver a verte y pronto. Fdo: El salvador de bufandas"
Y ahí fue cuando justamente noté cómo algo dentro de mí volvía a encogerse.
Mónica Echevarría
Me sentía fatal por Irene. Después de la comida en el famoso restaurante Nando´s ella no volvió a articular palabra. Estaba bastante triste y es que por culpa de unas fans que no saben comportarse, mi mejor amiga acaba de perder una oportunidad de oro. Dios, que impotente me siento ahora mismo. Me gustaría traer al rubio ese de los pelos aquí a casa. Por desgracia eso no puedo hacerlo así que la única cosa que puedo hacer por mi amiga es ofrecerle una tarra de helado de menta.
- Que mierda de todo joder – Irene miraba a un punto fijo. Se encontraba sentada de cualquier forma en el sofá.
- Deja de pensar en ello, no te tortures. Todavía te queda el concierto y el pase ese super guay del backstage – Aproveché y le robé un poco de helado de menta de la tapadera a mi amiga.
- Tienes razón – Hizo un intento de sonrisa verdadera y después se metió una buena cucharada en la boca.
- Sí, y además pienso ponerte muy guapa. Ya verás, de que te vea se va a morir por ti – Levanté y bajé las cejas seguidamente para intentar animar más a mi amiga.
- Que tonta eres – Dijo con una gran sonrisa en la cara.
- Ven aquí que te doy un abrazo – Me levanté rápidamente y me eché encima de Irene. Le ofrecí el mejor de mis abrazos y nos quedamos durante un largo tiempo abrazadas.
Por suerte el ánimo de mi mejor amiga mejoró con el paso de las horas y ahora se la veía ilusionada por el concierto. Quedaba todavía un mes para éste pero ella hablaba de él como si fuera mañana mismo. Decidí no quitarle emoción y dejé que durante un par de horas pusiera música de One Direction. Sinceramente, no es que ellos no me gustaran, es simplemente que no llego al nivel de fan como el de Ana – perdón Hannah – o el de Irene. Cantan bien sí, pero no es mi banda favorita.
Niall Horan
- Toma ya, golazo del señor Tomlinson – Me froté los ojos por quinta vez en dos minutos y dejé caer el mando encima del sofá.
- No quiero seguir jugando Louis – Me limité a decir. Cogí uno de los cojines y me tapé la cara con él.
- Última partida venga – Lancé el cojín contra el suelo. Miré hacia la pantalla, ésta marcaba la victoria del equipo donde jugaba Louis. Después dirigí la mirada a la mesa donde se encontraba la carátula de un juego para la play, “FIFA 12´”.
- Creo que paso – Le respondí sinceramente. Llevaba varios días sin ganas de nada, solo queriendo dormir y comer a todas horas.
- Estás raro Horan, cuéntale a Tommo qué te pasa – Louis parecía sincero y realmente dispuesto a escucharme. Pero yo no sabía qué decirle, no estaba seguro de lo qué me pasaba. O quizás sí pero no quería contárselo.
Negué con la cabeza unas cuantas veces y después suspiré. No tengo concentración desde que… sí, desde aquel día en Nando´s cuando conocí a aquella chica, Irene. Me cayó tremendamente bien y aquel día de verdad que quería pasar un tiempo con ella, conociéndola. Hay veces en las que – sin darte cuenta – conoces o ves a una persona y automáticamente tu cuerpo reacciona. Tu cerebro responde ante el estímulo y te susurra “Sí”, como queriendo decir que esa persona es necesaria en tu vida. Esa fue la sensación que tuve cuando Irene giró la cabeza y me miró. Desde aquel momento pienso en qué tendrá esa chica que me llama tanto la atención.
- Aial – Una voz chillona pero agradable me sacó de mis pensamientos – Aial – Me encontré con la pequeña Lux subida en la sofá y dándome golpes en la pierna. Cuando se dio cuenta de que estaba observándola paró – Mami iere vete – Reí ante la inocencia de la pequeña. Supongo que querrá decirme que su madre quiere verme.
Claro, su madre – Lou Teasdale – tiene que estar buscándome. Es la estilista de los chicos y mía también por supuesto. Queda menos de una semana para que empiecen otra vez los conciertos y es hora de volver a teñir mi pelo, como siempre de rubio.
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Hi London (1D)
FanfictionToda adolescente que acaba de cumplir dieciocho años sueña con irse de casa y vivir su propia vida ahora que por fin puede. Una cosa es irse de casa y otra muy distinta es irse de tu país. Este es el caso de un grupo de amigas que se mudan a Londres...