Observo mi reloj por cuarta vez. Gonzalo aún no llega y hace más de veinticinco minutos que le estoy esperando. Tomo de la botellita de Coca-Cola que tomé del lunch que sirven en el edificio de la editorial. Recién estoy llegada de Argentina y todavía no comí nada. Espero terminar pronto la entrevista con mi amigo para así poder ir a almorzar. Muero de hambre. La llegada del pipita me saca de mis pensamientos. Me levanto a saludarlo
—Hola Ate, mil perdones por llegar tarde. Hace un rato terminó el partido y se me fue la hora con los pibes —me saluda Higuaín, mientras me abraza.
—No te preocupes, Gonza. Yo lamento no haber podido llegar a ver el partido, tuvimos que demorarnos en la escala de Lisboa, un quilombo. —me disculpo. —¡Tanto tiempo!
—¡Sí! Y pensar que era ayer cuando me entrevistaste por primera vez. —ríe recordando viejos tiempos, hace ya un par de años. Mi primera entrevista deportiva fue con el pipita. En resumen, a pesar que la entrevista al principio fue un desastre, logramos que quedara por lo menos presentable.
—¡No me lo recuerdes! Estuve tan emocionada que tuvimos que repetir preguntas.—nuestras carcajadas contagian al camarógrafo. Al calmarnos, comenzamos.
••• Luego de finalizada la entrevista, charlo con mi amigo, nos ponemos al día sobre nuestras vidas. ¡Hacía más de tres meses que no lo veía! Me pregunta sobre mi familia y yo sobre la suya y tocamos el tema del fútbol. Está muy cómodo con la Juventus, y eso me alegra. —Mirá, te traje un regalo. —me dice extendiéndome una bolsa de regalo. —¡Ay, amigo! No te hubieras molestado, bobo. —le digo cariñosamente. —Atenea, callate y agarrá el regalo. Sé que te encanta la Juve y te ves todos los partidos, te la iba a dar si te veía en el estadio, pero bueno. —comenta restándole importancia. Me mira— ¿y? ¿lo vas a abrir o no?
Rio por su impaciencia y lo abro. Es un ejemplar de su camiseta de la juve pero personalizada con mi nombre ¡y autografiada! —Sé que falta un mes para tu cumple, pero por si no nos vemos me adelanté. Le pedí a Paulo y Cuadrado que la firmen. —me explica y yo lo abrazo agradeciéndole.
—¡Jodeme que la firmó Dybala! Me muero. —exagero en modo fan. Siempre quise entrevistar a La Joya de la Juve y nunca conseguí la oportunidad, sin contar que para la editorial en la cual trabajo jamás me lo permitieron, alegando que me faltaba experiencia para entrevistar a Dybala. Imbéciles.
—Ya era raro que no te gustara Dybala. No se que le ven a ese pibe che. —bromea mi amigo.
—¿Pero quien dijo que me gustaba? Me llama la atención su carrera futbolística, sólo eso. Ni que fuera tan lindo. Además, siempre quise entrevistarlo. —contesto, ante la insinuación de Higuaín.
—Ajá. Para que sepas amiga, todas esas armas de seducción y esa facha la aprendió del mejor. —informa señalándose a él mismo. Largo una sonora carcajada.
—¡Tonto!
—¿Ya comiste? —cambia de tema y yo niego —vení a comer a casa, dejé a mis amigos supervisando el asado que debe estar para chuparse los dedos. Y pensándolo bien, tengo otra sorpresa para vos.
La idea de un asado se me hace agua la boca. Realmente moría de hambre. Y un asado bien argentino no se rechaza nunca.
—Está bien. Muero de hambre. —acepto finalmente y salimos de la editorial bromeando.
ateneagiordano 📌Turín, Italia
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
