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2 meses después

Habían pasado dos meses de mi llegada a Italia y la verdad que estaba disfrutando mi estadía.
Pensé que no iba a tener muchas amistades, pero me sorprendí. Dolores y Lautaro se volvieron muy cercanos, prácticamente como mejores amigos. Fede y Gastón también forman parte del grupo. Y Dybala...bueno, somos muy buenos amigos pero últimamente estamos raros, el otro día fuimos a cenar los dos solos, como amigos, ya que los hermanos Dybala no pudieron ir por compromisos familiares. En un momento de la cena, Paulo insinuó algo como que era muy linda, o algo por el estilo. En ese momento no le di mucha importancia, ya que a veces jodiamos con eso, pero está vez fue diferente. O quizás, eso pensé yo.

Bueno, cuestión que eso quedó en la nada, gracias a Dios. De lo contrario, se volvería todo muy incomodo. 
 

...
Barcelona, España.
31 de diciembre de 2019.
23:00 pm

—Ate, ¿podrías buscar a Mateo y Thiago? Están en el patio jugando con los perritos...—me pidió Anto, cuando estábamos terminando de limpiar la cocina. Recién habíamos terminado de comer, y mientras mi tía y mi prima Sol preparaban los postres del 31, nosotras nos dedicamos a limpiar.

—Oh, no puedo estar más lleno...—se quejó suspirando Lionel, apareciendo por la puerta. Anto y yo reímos.

—Comiste como hijo de puta, gil—  le hice notar a mi primo.

—Es verdad, gordo...—concordó su mujer, mirándolo.

—Y bueno, que se le va a hacer...—le restó importancia.

Fui en busca de los nenes.
Eran las primeras fiestas que pasaba lejos de mis papás y mi hermano. No pudieron venir ya que mi viejo estaba comprometido con el laburo, y mi vieja no quería dejarlo solo. Mi hermano tampoco podía venir así que cuando mi primo me invitó a pasar las fiestas en España, ni lo dudé. Además, me convenía mil veces viajar al país vecino que al otro continente.
Llamé a mis primitos (que en realidad son como mis sobrinos, más que todo).

—¡Chicos! Ya van a hacer las 12:00, ¿vamos? —Los llamé a los nenes. Éstos vinieron corriendo a mi encuentro. Thiago serio. —¿Qué pasó?

—Mateo, tía. Está jodiendo con que el Real Madrid le va a ganar al Barcelona en el próximo campeonato. —me contó el mayor de los mini Messi.

—¡Y si es verdad! —lo escuché getonear a Mateo a unos pasos, todavía con la pelota. Yo reí. Ese Mateo era un hijo de puta, siempre llevándole la contra al hermano, sabiendo que este no se la aguantaba.

—Bueno, no te preocupes Thi, que seguro el Barcelona gana. — le dije cómplice, mientras le guiñaba un ojo a Mateo. —ahora vayamos a comer pan dulce, ¿sí? —éstos asintieron contentos. 

...

—¡3...2...1! ¡Feliz Año Nuevo! —festejamos todos los presentes.
Eran las 00:00 exactas en el viejo continente y yo no pude evitar que se me escapen un par de lágrimas.
Las fechas así me ponían muy sensible y con la emoción a flor de piel. Abrace a Anto y Lio. Mis pilares. No los puedo querer tanto. Recibo mensajes de mis viejos, allá falta para las 12, sin embargo, me deseaban un feliz y prospero año nuevo, alegando que pronto vendrían. Se me explotaba el corazón de amor y de extrañarlos.

Luego de los saludos y deseos por el 2020, reviso mi celular. El primer deseo por whatsApp del año es de Paulo. Abro el chat. 

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2020 ⏰

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Sucker - Paulo Dybala (Instagram) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora