| Morgan Le Fay Emrys era una talentosa bruja, nacida y hecha de la magia misma, con un destino entrelazado a una época diferente a la suya.
| James Charlus Potter era un joven de corazón noble y valiente, el no sabía que era el destino hasta que l...
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"¿Que haces querida?"
No pudo evitar dar un salto ante la voz de sus abuelo. Estaba demasiado concentrada pensando que no sintió su magia acercándose.
"Ya han pasado casi ocho desde que murieron ", susurró. El hombre mayor dejo ir un suspiro "Lo se cariño, se cuanto los extrañas pero eso fue hace muchos años no puedes vivir en el pasado solo ver hacia un mejor futuro"
Morgan sabia que su abuelo tenia razón pero ella no vivía en el pasado simplemente extrañaba a sus padres y los recordaba con mucho cariño. Había días en que no podía evitar pensar en como sería si ellos siguieran viviendo. Tal vez su madre seguiría curando a las personas como la gran druida que era o si su padre estaría entre las filas de los caballero de Camelot. Pero sabia que las cosas pasaban por algo y era mejor dejar las cosas como estaban. Tal vez no todo en su vida había sido fácil pero no cambiaría nada de ella, su abuelo siempre la había cuidado con todo el amor y cariño que el le podía ofrecer y eso era más de lo que podría a ver pedido.
"Hoy he ido a hablar con la suma sacerdotisa", dijo Merlín de manera lenta y pausada.
Esas palabras fueron suficientes para llamar su atención, la suma sacerdotisa era la bruja mas poderosa y sabia de la vieja religión, tenían un infinito conocimiento que siempre le pareció interesante, Morgan siempre quiso ser parte de las brujas que entrenaban pero por alguna razón ellas no quisieron entrenarla, tal vez ella no había sido elegido por la antigua magia.
"¿Y que han dicho?", dijo con un poco de amargura.
Desde hace tiempo sus poderes se había descontrolado, cada vez que los utilizaba se debilitaba, la ultima vez había permanecido dos días en cama solo por hacer un conjuro básico y eso no era nada bueno. Su abuelo se había preocupado tanto que al no despertar fue inmediatamente a ver a esas viejas brujas, algo que a ella no le gusto en lo mas mínimo, pues si bien eran brujas sabias también eran manipuladoras ademas de que su abuelo aunque poderoso era ingenuo en ciertos aspectos y eso a veces les daba infinitos problemas, pero no podía quejarse ella era igual que él.
"Tus poderes no están fallando solo porque si querida, es algo mucho mayor"
"Abuelo solo dilo", odiaba cuando su abuelo hablaba en acertijos.
"Eres poderosa y eso lo has visto desde que eras una niña, siempre tratando de aprender algo nuevo cada día, practicando hechizos que yo no logre sino después de mucho esfuerzo y concentración. Tus poderes habían ido creciendo conforme tu lo hacías, pero estos ya no incrementan conforme tu lo haces ahora la magia en ti va aumentando de manera mas acelerada, provocado que te debilites. Tus propios poderes te dañan al tu cuerpo no tener la capacidad suficiente para almacenarlos"
Realmente no sabia que pensar, su magia, una parte esencial de ella ¿la dañaba?, no podía creerlo pero si su abuelo lo decía era porque debía ser verdad. "¿Moriré?"
