Capítulo 25: ¡A Solas!

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(...)

Los chicos entrarón de imprevisto al interior de la mansión, tan áspera fue su llegada que se lograba sentir la derrota de no haber podido obtener información alguna

__¡Chicos! ¿Qué hicieron?- inquirió Marrie exaltandose al verlos entrar-

__¡Nada tía! No logramos descubrir ni saber nada- masculló Alex-

__No es para tanto chicos, mejor olvidense de todo esto- sugirió-

__Ya eso es casí imposible- soltó Allison-

__¿Estuvò la policía por acá?- indagó Alex-

__Así es, vinieron a inspeccionar la escena del crimen y a levantar el cuerpo del Señor Murray- contó Marrie con cierta tristeza-

__¡Hola chicos! ¿Qué hicieron hoy?- exclamó Roger apareciendo en la sala con una gran sonrisa en su rostro-

__¡Fuimos al pueblo!- soltó Allison sin pensarlo-

__Por lo menos no estuvieron aquí presenciando como la casa estaba invadida de policías- esbozó Roger haciendo parecer ese comentario como irritante-

__Es increíble como asesinaron a una persona en esta mansión y nadie haya visto nada- pronunció Alex apretando los labios y visualizando discretamente a cada uno de los presentes-

(...)

El sol empieza a ocultarse disminiyendo su luz, para así la noche apoderarse del cielo como si de un gran manto se tratase

Las calles de Jefferson, aún más solitarias que de costumbre, mientras que el tráfico era casí fantasmal con sólo uno que otro coche transitando entre ellas.

Y allí estaba Anna, sentada frente a su gran escritorio en su oficina, sacando cuentas y haciendo el tradicional inventario de la semana, algo que por ser Dueña de un local le correspondía.

Su rostro se veía tenuemente iluminado por la luz proveniente de la pantalla de su computadora y el ambiente era iluminado por dos lámparas posicionadas en cada esquina de la habitación.

Un golpe consecutivo a la puerta llama la atención de Anna, para despúes visualizar a Esther entrar a su oficina.

__¡Señora Anna!- soltó Esther caminando hacia el escritorio- Ya nuestro turno acabó, Andrea y yo nos retiramos ¿Quiere que hagamos algo más?- musitó dedicandole una sútil sonrisa-

__No querida, ¡Tranquila! Vayan y descansen- respondió con una sonrisa-

__¡Bien! ¿Y usted, por qué no se va a casa?- preguntó brindandole preocupación a la situación-

__¡Me encantaría!- sonrió- Pero me tengo que quedar un poco más-

__¡Bueno!- esbozó Esther alineando los labios- Pero no se vaya tan tarde- sugirió-

__¡No te preocupes!- dijó-

__Está bien, ¡Buenas Noches Señora!- dijó para despedirse y darse la vuelta-

__¡Buenas noches, descansen!- replicó sonriendo y viendo como la chica desaparecía del lugar-

Anna volvió a lo que estaba haciendo, oyó las campanas de la puerta de salida sonar, lo cual no le tomó importancia, ya que pensó que eran las chicas que se habían ido

Bastante rato había pasado, y la jórnada extra de trabajo que se había tomado Anna, empezaba a súrtil efecto ocasionando un incómodo dolor en el cuello

__¡Estoy un poco cansada!- suspiró Anna retirando su vista de la computadora y llevando su mano al cuello para apasiguar el dolor-

Anna sobaba su cuello lentamente, haciendo que le ocasionará gran relajación y sus ojos se cerraban al compás de ésta acción

Repentinamente un pensamiento le vinó a la cabeza, el de aquellos que habían ido desesperados en la mañana a buscarla para recolectar información.

(...)

Ellen caminaba por las afueras de la Mansión, su atención total estaba en su teléfono celular, sus pasos sólo andaban sin dirección, mientras el móvil practicamente colgaba de su oreja

¡Ellen!- gritaba una voz conocida a sus espaldas- ¡Hey, Ellen!- volvió a vociferar en un fracasado intento-

Decidió correr y alcanzarla tratando de que no se siguiera alejando

__¡Ellen!- soltó nuevamente, pero esta vez más cerca-

Ya al alcanzarla se posó a su lado.

__¡Hey! ¿Qué te ocurre?- preguntó ella-

__No, nada Paula, sólo que estoy preocupada- dijó sin intención de seguir hablando mientras retiraba el celular de su oído-

__¿Por qué estás preocupada?, ¡Dime!- insistió Paula-

__¡Es mi abuela!- soltó con desgano- Está enferma, y no he podido saber de ella en todo éste tiempo-

__Tranquila Amiga, te aseguró que ella está bien- dijó con una sonrisa ladeada-

__¿Cómo lo puedes saber?- objetó Ellen bastante incredula-

__¡Porque lo sé todo tonta!- respondió pensando que lo hacía de una forma brillante-

Ellen sólo arqueó sus labios y la veía fijamente

__No te preocupes Ellen, no me gusta ver a mi amiga así- dijó brindandole apoyo mientras sobaba el brazo de ella- Ya verás que te podrás comunicar con ella y te sentirás mejor-

__¡Gracias Pau! Y espero que sí- soltó mostrandose aliviada y hasta relajada-

__¡Ahora vamos adentro a cenar que muero de hambre!- ordenó esbozando mucho entusiasmo-

__¡Vamos!- dijó Ellen sonriendole y observandola con bastante precisión-

Despúes de unos pocos segundos de miradas afectivas un tanto disimuladas, decidieron encaminarse a la mansión y Paula en un impulso posó su brazo por el cuello de Ellen y separadas por centimetros siguieron juntas

(...)

Anna sumergida en un mar de pensamientos y recuerdos, seguía practicando aquel masaje que tanto la relajaba.

El sonido de aquellas campanas se volvió a reproducir, y está vez Anna lo captó haciendo que se desconectará de sus pensamientos, de inmediato identificó aquel sonido que ocasionaba la puerta del local.

__¿Esther, Andrea. Son ustedes?- preguntó en voz alta-

Al no lograr respuesta, se levantó del sillón y caminó hacia la puerta, la abrió. Sacó su cabeza y observó al fondo, donde se revelaba un oscuro pasillo que se lograba pobremente iluminar por la luz proveniente de su oficina.

__¿Chicas?- soltó Anna al vacío-

Abrió completamente la puerta y lentamente por el pasillo en el cual se podía divisar el mostrador al final.

Al llegar al final del pasillo, se encontró con un oscuro salón, que se hacía un tanto visible por la luz que provenía de los faroles de la avenida.

Su mirada recorría cada rincón del lugar tratando de encontrar al responsable de su interrupción

El irritante sonido de un sartén cayendo al piso invadió la sala, haciendo que Anna se sobresaltará al instante de la impresión.

¿Qué fue eso?- Se preguntó a si misma en voz baja y con la respiración colgando de un hilo-

Sin pensarlo dedujó que el ruido provenía de la cocina, y con paso cauteloso se da la vuelta y camina hacia la puerta.

Empuja la puerta, y al estar dentro. Con su mano busca en la pared el interruptor, al encender la luz e iluminar el lugar, no observa a nadie. Para su mayor sorpresa, sólo la sarten en el piso.

Una sombra logra pasar casí de prisa frente a la entrada de la cocina, ni siquiera se podía distinguir quien era, pero la asustada Anna no pudó verla. Y ahora no se encuentra sola en aquel lugar.

(...)

Donde El Tiempo Se DetuvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora