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° Cuando conoces a alguien por primera vez, no es toda la historia. Eso es solo la primera página °

Yoongi... Ah, ese nombre no se iba de mi cabeza por más que cerrara los ojos con fuerza e imaginariamente me lavará el cerebro con cloro, me sentía llena de coraje por el hecho de que gracias a él terminé con una gran mancha oscura en mi blusa todas mis horas de trabajo restante.

Se supone que eso era un accidente, algo que se olvidaba rápido pero debido a mis pequeños rencores, yo repetía incandescente la escena de él derramando su té sobre mí y la grosera actitud que adaptó, ese chico solo debía disculparse nada más, si él lo hubiese hecho yo hubiera dejado el tema por la paz pero a cambio tuvo que ser el señor Seok Jin quien se disculpara y como que eso no contaba como sinceras disculpas.

Ese tonto debía aprender gestos de genuina cortesía.

Tenía que olvidarlo, ese no era el fin del mundo, además era poco probable que nos volviéramos a ver tomando en cuenta que su tío estaba pisándonos los talones al señor Kang y a mí. Sin embargo, cuando la molestia es necia, es necia.

Tecleaba en mi computadora los últimos detalles de mi reportaje en Daegu y puedo jurar de que si no hubiese tenido auto control, las teclas del aparato terminaban hundidas por mi evidente disgusto, el ratón que dirigía la flechita en la pantalla estaba siendo arrastrado y presionado con cierto odio, y además de que borré la misma palabra repetidas veces por estar más concentrada en algo que probablemente descartaría al día siguiente.

—Oye tranquila, tu ordenador no es el culpable de lo que sucedió con ese chico. —Jimin se encontraba sentado a mi lado mientras observaba atento como corregía frustrada los errores dentro de mi trabajo, y aunque él tuviera razón se me era imposible no evidenciar lo que me fastidiaba con ganas, hice un puchero ya más relajada y apoyé los codos en mi escritorio releyendo nuevamente lo que llevaba escrito, no me sentía satisfecha pero tampoco vacía, supongo que lo estaba plasmado virtualmente sería suficiente para enviárselo a mi jefe porque de verdad quería dejar de pensar por un momento en ese reporte.

—Ya lo sé pero es que si hubieses estado conmigo en ese momento me comprenderías. —dije luego de apartarme de mi computadora y dar media vuelta en mi silla para encararlo.

—¿En serio crees que estaría comportándome igual que tú? —alzó una ceja y ahí di por hecho de que la respuesta era negativa. Si algo muy distinto que tenía a la personalidad de Park Jimin era que él solía ser más vividor y menos encerrado en las situaciones que no le concernían, él era alguien que no tomaba mucho rencor a esos problemas de la vida cotidiana y no tomaba ningún viaje a distritos de amargura así que de haber tenido su forma de actuar yo sencillamente pude molestarme de momento y después hubiese seguido con mi trabajo como normalmente hacía pero por desgracia yo no era mi amigo.

—Vaya, eso si fue reconfortante. —solté con sarcasmo regresando mi vista a la pantalla al lado mío.

—Lo que quiero decir es que ¿de verdad vale la pena estarte amargando por algo que ya fue? Yo pienso que es tonto hacerlo. 

—Quisiera quitarme ese sensación pero nada más se instaló ahí y se niega a querer abandonarme. —de ahí una guerra de interrogantes empezaba y exactamente no sabía a que venía porque me cruzaba todos los días con distintas personas desconocidas que me parecía absurdo el estarme desviviendo por un chico que también entraba en ese cuadro —Además, el pensar también sobre quien pudo haberme vendido a la prensa amarilla, no ayuda mucho.

Seesaw❁[MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora