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° Sus vidas son una tradición, sus emociones son una representación °

Yoonji 

Diversión, maquillaje y amor.

Escogería definitivamente esas tres palabras si me preguntaran como era vivir mi vida siendo Min Yoonji. El mundo era tan bonito y colorido que adoraba cuando tenía oportunidad de aparecer, invertía mi tiempo en tiendas de maquillaje y cada cierto tiempo, suspiros se me escapaban por los bellos oppas que me encontraba cuando salía a recorrer las calles.

Había sido una larga temporada desde que el exigente de Yoongi oppa me dejó explorar el exterior, él era muy estricto y un completo aburrido con sus tontas reglas de comportamiento, trataba de comprenderlo pero, ¿Cómo una joven de 15 años podría vivir su adolescencia atada a imposiciones?

Era injusto, callarme y ocultarme, era feo tener que funcionar de ese modo. Yo no causaba problemas, era cierto que odiaba la escuela y que prefería pasar el día de holgazana, no obstante, por mucho y estas ideas me agradaran demasiado, ellas no me hacían sentir completa del todo pues cada vez que interactuaba fuera, lidear con mi personalidad era un mecanismo de defensa. 

Y no diría que yo era así de peligrosa como Yoongi oppa hizo creer, sino más bien era la cuestión de que encerrarme en la hiperactividad e ideales descabellados, me hacían olvidar por momentos esas incomodidades y preocupaciones con las que Yoongi oppa me orillaba a convivir.

Aunque tampoco era como si lo culpara ya que después de todo él me creó con el fin de distraerlo, de desconectarlo de lo que pareciera amenazante y dañino.

Su infancia no fue fácil, creció con un molde inestable y débil, incapaz de valerse por sí mismo, o bueno, eso fue lo que el irritante de Suga y el tedioso de Gloss me contaron desde el primer instante que aparecí en sus vidas.

No daba creditos a sus palabras ya que hablando con honestidad, personalmente nunca consideré a Yoongi oppa alguien de mentalidad frágil pues a pesar de que yo era una personalidad casi reciente, el verdadero Min Yoongi no daba indicios de querer encajar en ese margen.

Por lo tanto, era en esta parte donde yo debía brillar. Si era mi labor tolerar sus inquietudes, una buena recompensa a aquello era llenar su vida de perfecto color rosa. Ser genuina, autentica y disfrutar mi adolescencia al máximo llenaba esos agujeros dentro del grisáceo mundo en el que Yoongi oppa quería verse ocupado.

—Yoongi... Yoongi ¡Min Yoongi! —gritó una voz bastante escandalizada como para que mis sensibles oídos no pudieran tolerarla. Yoongi oppa ya no estaba presente y el hecho de tener que mezclarme con esa reportera con la que el empezó a relacionarse resultaba molesto.

—Aish, ¿Puedes hacer un poco de silencio? No quiero que sigas llamándome así. —me quejé rodando mis ojos mientras me acomodaba el cabello detrás de las orejas.

Estábamos viajando en auto, la música en la radio me daba depresión y puedo jurar que para salvar el momento mis expectativas de socializar eran altas pero, notando el cómo esa chica me miraba sorprendida, sin pudor y con su boca abierta que de milagro no llegaba al suelo, me parecía una total falta de respeto ya que considerando el siglo en el que estábamos no creía que ver a una adolescente fuera cosa nueva para ella.

«—Hablas demasiado, tan fastidiosa que podría morir. Vamos, deten el auto. —ordené ofendida, obligándola a detener nuestra marcha frente a un centro comercial.

Seesaw❁[MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora