• 13 •

332 20 6
                                    

° Algunas de las más grandes batallas se librarán dentro de las silenciosas cámaras de tu alma °

Yoongi

Dos años...

Dos pesados y problemáticos años. Ese fue el tiempo que pasé ocultando mi rostro de las personas y los medios de comunicación. Terminé la secundaria, empecé la universidad y me recibí de mi carrera de diseño de modas a los 23.

Mi vida se escuchaba resuelta y perfectamente planeada desde un inicio ¿No? No obstante, lo irónico en esto es que nunca fue de ese modo puesto a que diariamente tenía que afrontar una lucha conmigo mismo, debía evitar perder la cordura y cada día al abrir mis ojos me preocupaba el hecho de perderme en cualquier momento.

Por eso, cuando cumplí los 24, si de verdad quería empezar a tener una mejor calidad de vida, emprender mis propias líneas de diseño nunca me pareció tan mal ya que así ganaría dinero y podría darle mejores oportunidades a Jungkook.

La infancia que compartí con mi hermano tras la muerte de nuestros padres fue una etapa bastante dura pues nos habíamos quedado a cargo de nuestros tíos y, de haber tenido la posibilidad, Jungkook y yo hubiésemos preferido un puente antes que acceder a quedarnos con ellos ya que ese matrimonio podían serlo todo menos buenas personas.

Nos obligaban a trabajar, teníamos que pagar por nuestra comida y era yo quien se hacía cargo de Jungkook cada que enfermaba puesto a que mi tía muy acampantemente disfrutaba su telenovela mientras que mi hermano y yo nos desvivíamos en un frío cuarto sin iluminación.

Podría decirse que soportábamos los malos tratos, nos gritaban a cada tanto y nos castigaban cuando no juntábamos la cantidad de dinero que mis tíos deseaban, era un infierno vivir aquello a las edades de 10 y 13 años, por lo tanto, en cualquier instante, ese infierno debía explotar y arder.

Recuerdo que en aquél entonces Jungkook comenzó a tener pesadillas respecto a nuestros padres, lo único que le ayudaba a tranquilizarse era una historia y un vaso de leche tibia. Él y yo bajamos a la pequeña cocina y colocamos dos vasos en la encimera para servir la leche, me inventé una buena historia sobre un duende y un unicornio que de a poco lograba calmarlo, reíamos y disfrutábamos inmersos en la oscuridad que fue totalmente inesperado ver las luces de la cocina encenderse.

Mi tío nos miraba tan enojado que de la fuerte impresión Jungkook dejó caer el vaso de leche al suelo, esa noche habíamos roto dos reglas. La de no tomar comida ni bebida sin permiso y la de no romper nada, ya se imaginaran el caos y gritos que se armaron ese día, realmente no le veía nada malo a un simple vaso con leche. Jungkook necesitaba un poco paz y yo no iba negársela ya que peores cosas nos esperaban cuando el día iniciara otra vez.

Llegué a pensar que la situación quedaría como un castigo que pagaríamos hasta en la mañana, no obstante, no sucedió así. Mi tío estaba decidido a hacer pagar a mí hermano por ese vaso roto y la leche, su puño estaba alzado de modo que sin piedad golpeó a Jungkook.

Tantos gritos, tantos maltratos, tantos días llorando, todos esos amargos recuerdos se me vinieron de golpe ocasionando el más fuerte dolor de cabeza que jamás había experimentado, no sabía que pasaba a mi alrededor y mi pecho dolía mucho, no podía controlarme, estaba en un lugar oscuro y solitario, encerrado en mi propia cárcel.

Tras esas dolorosas sensaciones cuando recobré la conciencia dos días después, las personas me tenían miedo, mis tíos guardaban su distancia y ya no volvieron a molestarnos ni a Jungkook ni a mí, no nos prohibían nada y se comportaban gentiles porque estaban asustados pues hasta donde me llegué a enterar, mi tía me encontró en la cocina estrangulando a mi tío, mi hermano estaba en un rincón sufriendo un ataque de pánico y me dejaron libre de culpa porque según el psiquiatra infantil yo respondía como Min Suga y no como Min Yoongi en realidad.

Seesaw❁[MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora