5. Una noche especial

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No podía negar que me sentía muy nervioso, quería que esta noche fuera perfecta y muy especial para ambos. La noche anterior no había salido como lo esperaba y estaba deseando que mis ilusiones no se rompieran esa noche. Era difícil que Amy se la pasara todo el día en el hospital cuando yo ya no podía disponer del día entero para hacerle compañía, pero era peor cuando tenía que cancelarme algo. Me hacía sentirme solo. No me atrevía a decirle algo, pues eran exageraciones mías ponerme en plan posesivo; era su trabajo y no podía obligarla a abandonarlo, pero en ocasiones sentía que podía dar todo por alguien más, alguien que no era su paciente, por cualquier persona que la necesitara, y se olvidaba de mí. Como por esa chica, Kelly.

Nuestra noche se vio interrumpida por su aparición inesperada y muy a mi pesar dejé que pospusiera los planes. Me sentía mal pensando de esa forma. Amy tenía un gran corazón y jamás quería hacerla decidir entre lo que ella amaba hacer y yo. Por eso fui comprensivo.

Este sería el segundo intento, fue un alivio tener todo lo que no se utilizó un día antes para poder reutilizarlo esa noche. Sólo tuve que volver a ordenar la pizza, pude haberla cocinado pero se haría tarde. Iba a darle a Amy la noche de su vida.

Salí del departamento justo a tiempo para recoger a Amy en el hospital. Esperaba que todo saliera a la perfección. Era la primera vez que me esmeraba tanto en preparar una noche romántica, Amy había pedido que todo esto fuera especial pero yo también quería que lo fuera. Mis primeras veces no habían estado mal pero jamás pasaron cosas como estas, el romanticismo no estaba totalmente plasmado en esas ocasiones. Ni si quiera la primera vez con Audrey fue de esa forma, fue más casual, lindo y torpe. Era divertido esconderse de la seguridad de su casa y escaparnos a moteles, fueron aventuras divertidas.

Eso me hacía preguntarme, ¿cómo sería mi primera vez con Amy? Tal vez muy sexy, apasionado ya que ambos lo éramos o tal vez dulce, lento, o muy romántico. De verdad quería dar este paso con ella, no nos habíamos apresurado a pesar de desearla tanto. Tuve que contenerme para darle seguridad, dejarle ver que ella me interesaba y no sólo para un buen sexo, sino para tener algo formal, algo que valía la pena la espera.

Hubiéramos podido esperar un poco más pero las cosas poco a poco comenzaban a salirse de control y estábamos deseándonos mutuamente. De vez en cuando mi mirada se desviaba a partes de su cuerpo como a sus caderas, sus piernas o sus pechos. Quería tocarla, acariciarla y volverla loca. Quería que sintiera mi amor a través de mis caricias.

De un momento a otro me encontré en el hospital, me estacioné para esperar por ella. No quería otra sorpresa, nos aguardaba una gran noche. Entonces vi como unas personas salían del hospital y fue entonces cuando vi a Amy. Ella estaba envuelta en una gabardina negra y sólo sus piernas estaban al descubierto. Me bajé del coche al darme cuenta que ella me estaba viendo y me había reconocido, era un alivio que ella estaba lista para irse conmigo.

—Pensé que nunca saldrías —rodé los ojos.

—Hey, te lo prometí. —Se acercó a mí.

Tomé sus manos y acorté nuestra distancia para depositar un beso en sus labios, de esa forma nos saludamos.

—¿Lista?

—Lista —aseguró sonriente.

Ella me contagió su sonrisa.

—¿Nerviosa? —Tenía curiosidad.

—No. Sólo estoy... feliz —respondió.

Por lo menos ella se sentía muy confiada, eso me ayudó a relajarme. No tenía por qué sentirme nervioso, estaba en confianza, estaba con ella. No me habría gustado estar con nadie más.

Little Bit of Alex [Escenas Extras de LBOM, LBOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora