Mi sexto sentido me decía a gritos que no, para Maya!, Que necesidad tienes de buscar "amor" en este hombre si sabes que vas a sufrir, si sabes quién es y cómo envuelve a una mujer y la deja en pedazos. No quería hacer caso, quería dejarme amar por él; y así fué...
Se que el también trato de no dañarme, de permanecer lejos, pero no le fue posible. Tenía sed de amor y nuestros lazos de amistad nos tenían tan sujetos uno del otro que no tuvimos escapatoria.
Con cada beso sentía dar un paseo sin regreso a un universo perfecto, olvidaba mi existencia en el mundo real. Odiaba tener que volver a él. Aprendimos a conocernos mágicamente como si en otras vidas hubiéramos estado juntos y juramos volvernos a encontrar en todas para seguir nuestro amor.
Mi cabeza no paraba de advertirme, de llamarme tonta, de recordar sus palabras de amores pasados y de todo el sufrimiento que ha dejado sembrado en este mundo tan falto de sinceridad y cariño puro. pero bastante con volver a ver sus ojos para ignorar lo que mi cabeza gritaba. Estaba enamorada para entonces.
Las hojas del calendario empezaron a caer y con las nuevas llegaron decepciones y llanto, claro, de su mano... No te equivocaste, le decía a mi cabeza, estoy pagando por no escucharte.
3 años donde los capítulos de amor se fueron desvaneciendo y pesaron más aquellos que generaron dolor hasta que decidí correr lo más lejos que pude, aunque no sea buena en ese deporte, ni en ni fin otro.
Aceves paraba mi trote para retroceder, algunas veces le pedía me dejara verlo o almenos hablar y otras era él quien suplicaba. Juramos no volverlo a hacer.
Ya se completan 6 meses, sin él, sin sus besos, pero también 6 meses sin torturar mi cabeza y alimentar mis demonios.
Trato de ser feliz.