Capítulo 6

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-¡Eh, Madison! ¡Presentanos a tu amiga!- gritó una chica con el pelo rojo cenizo.
-Esta es mi mejor amiga, Aeryn- me presentó.
-Yo soy Aaron.- me tendió la mano el chico moreno mas cercano a mi.
-Hola, un placer- le sonreí mientras le estrechaba la mano de vuelta.
-Yo soy Freya. -se presentó la chica del pelo como el fuego.- esta es mi hermana Irish.
-Encantada- dije de vuelta.
-Y yo soy Ian, tu futuro novio - besó el dorso de mi mano mientras yo hacía una mueca extrañada por el acto.
-Si... Claro, te has emocionado un poco.- le contesté con una risa.
-Eres interesante.- guiñó un ojo en mi dirección.
-Bueno, bueno - Darren alejó poco a poco a Ian de mí. -¿Queréis comer algo? Aaron ha traído pizzas de la tienda de su padre.
-Aeryn no se va a negar. -Respondió mi amiga de inmediato.
-¿Habrás traído mi pizza favorita, no?- habló creo que Freya.
-Tu pizza da asco Freya, ¿quién en su sano juicio le pone piña a la pizza? Es una aberración de la naturaleza comentó Ian mientras encendía un cigarrillo.
-Ian, siento decirte que acabas de perder puntos con Aeryn. También es su pizza favorita.- Respondió Madison por mí.
-¿¡En serio!?- se sorprendieron Ian y Freya a la vez.
-Mmm... ¿Sí?- dije algo incómoda.
-No te preocupes, estos dos siempre están igual. -Susurró a mi lado Irish.

Unos segundos mas tarde apareció Aaron con tres cajas en su mano. La diosa en mi interior ya estaba babeando del hambre que tenía. Da igual que hubiese comido pizza al medio día, simple había hueco para más.

-¿Quién ha pedido pizza?- sonrió Aaron entregándonos las pizzas.

Comimos un par de trozos y hablamos de diversos temas. Eran realmente simpáticos. Madison tenía razón, me lo estaba pasando genial con ellos.

- Toma.- me tendió un vaso Aaron. - Te gustará.
-¡Oh! No bebo, pero gracias- le dije amablemente.
- Uno no te hará nada, venga, estamos de fiesta.

Temerosa, le di un pequeño sorbo para probarlo. Estaba realmente bueno, no estaba tan cargado como pensaba. ¿Qué era esta bebida?

-¿Qué es esto? Está muy bueno.- le pregunté curiosa bebiendo otro trago.
-Es lima -miró hacia otro lado - si quieres más, dímelo. - Me miró de nuevo sonriendo. - Vayamos a ver las carreras, empezarán en breves.
-Claro pero, -me bebí el vaso de una.- Ponme otro por favor.- Sonreí amigable limpiándole la boca con el dorso de la mano.

Rellenado el vaso, fuimos donde estaban todos los demás.

-¡Suerte Ian! Dale una paliza a As, tú puedes.- le animó Irish.
-¿Vas a correr?- pregunté algo sorprendida. -¿Es seguro?
-¿Te estás preocupando por mí, preciosa?- rodé los ojos por su ego.
-Por favor, rómpete una pierna. - le contesté sarcástica riendo.
-Entonces te pondrías a llorar. - Me guiñó el ojo antes de irse con la moto.
-¡Pero de alegría! - Le grité para que pudiese escucharme.

La carrera estaba a punto de comenzar. Los corredores estaban todos reunidos en la línea de salida. Habría unos diez participantes, mas no estaba centrada en ellos. El alcohol en mi sistema ya empezaba a hacer efecto. La bebida que llevaba había desaparecido. ¿Ya me la había bebido? -Quiero otro-.

-¿Cómo vas? - me preguntó mi mejor amiga.
-Muy bien, me estoy divirtiendo. Todo esto es emocionante, pero quiero otra bebida. - dije con una mueca.
-Toma mi vaso, total, hoy te quedas en mi casa y vamos bien acompañadas.
-Nena, te amo.- le di un beso en la mejilla.
-Lo sé, lo sé. Venga, vamos a ver a Ian destrozar a As.
-¿As? ¿Quién es ese?- le di un trago a la bebida. Esta estaba más cargada que las anteriores.
-Un chico con el que no se llevan Ian y Aaron. No necesitas saber más. Mejor dicho, no necesitas ni saber quién es.
-¿Por qué?
-Deja de hacer preguntas y mira la carrera.- Me dijo mirando hacia la línea de salida.

Un chico con una bandera verde se posicionó en un hueco entre los corredores. En un instante dio la señal que marcaba la salida y los participantes salieron disparados dejando un rastro de tierra tras ellos. Los pelos se me pusieron de punta por la adrenalina del momento.
El circuito era algo de lo más simple, por eso este sitio se llamaba El Descampado. Había un par de obstáculos como ruedas de neumáticos y pilares rotos, junto con bastantes cajas. Como le gusta contaminar a la gente. Pero lo que más llamó mi atención fueron los giros que tenían que hacer al pasar por todas las curvas que había.

¿Estoy viendo dos motos exactamente iguales? Creo que ya voy viendo doble. Creo que solo beberé uno más y ya. Un montón de gritos de euforia se hicieron presentes en un momento. Algo había pasado que había sorprendido a la multitud. Yo en cambio, me encontraba rellenando el vaso gracias a Aaron, quién me había dejado las llaves de su coche.
La borrachera del momento estaba dando sus frutos, tenía que ir a orinar. Rápidamente, deje el vaso en el capó del coche para luego recogerlo y me fui unos metros más allá a unos arbustos. La diosa en mí estaba gozando del placer.
No tarde mucho en volver. ¿Quién era ese al lado del coche?
-¿Se te ha perdido algo?- le pregunte al extraño mientras cogía mi vaso.
-No. - me dijo algo nervioso. - ¿Y a ti? ¿Qué haces aquí sola?- me recorrió el cuerpo con la mirada.

Un escalofrío me abrumó desde la cabeza a los pies. Algo no estaba bien.

-Será mejor que me vaya. -Puse rumbo a donde se encontraban los demás.
-Espera. - Ma agarró de la muñeca.- No me has contestado, preciosa.- mordió su labio.

Alerta de depravado. Alerta. Mi cuerpo se tensó en un solo instante. Tengo que huir de aquí.

-Por favor, sueltame. - pedí amablemente.
-¿Por qué he de hacerlo? Podríamos pasárnoslo muy bien. - sentí su aliento en mi cuello.

Las lágrimas estaban a punto de salir, debía ser fuerte ante algo tan repulsivo. Me giré para hacerle frente y propinarle una patada en una de las zonas sagradas de todo hombre.

-¡Eh! ¡Pequeña! ¿Qué crees que estás haciendo?- paró mi patada con la mano.

Mi diosa estaba temblando del miedo mientras gritaba a todo pulmón: « ¡Evacuen la misión! ¡Repito, evacuen la misión! ».

-¡Que me sueltes!- Grité con todas mis fuerzas.
-Parece ser que no la has escuchado bien. - dijo alguien a nuestras espaldas.
-¿Y tu quién eres?
-Suelta a mi amiga o te parto la cara.- me defendió Aaron.
-Tss. -chasqueó la lengua el pervertido. - toda tuya, - me empujó hacia Aaron.- total, no ha hecho efecto. - dijo antes de desaparecer de nuestra vista.
-¿Qué ha querido decir con eso?
- No lo sé pero, ¿estás bien? ¿Estás herida?- me preguntó preocupado.
-Estoy bien, gracias. Si no llegas a venir, no sé que habría podido pasarme.
-Bueno, ya estás segura.- me tocó la cabeza. - Vamos con los demás.
-¡Vale!- me bebí al trago lo que me quedaba de bebida y seguí a Aaron.
-No le comentes nada de esto a Madison, conociéndola se volvería loca.-Le dije riendo a mi amigo.
-Verdad.- se rió.
-Por cierto, ¿quién ha ganado al final? ¿Ian?- pregunté curiosa. En ese instante Aaron apretó sus puños y su mandíbula dando a entender que estaba irritado.
-Ha ganado As, ese capullo tiene demasiada sue...-fue interrumpido por unos gritos.
-¡Pégale más fuerte Bethany! -Chilló una chica.

Aaron y yo nos miramos confusos por la situación. Se estaban peleando. Todo el mundo estaba en un corro animando la pelea entre las dos personas.
Mi mente borracha empezó a cantar la canción de «el corro de la patata». Aaron solo me miraba cono su me hubiese vuelto loca, ya que me estaba riendo sola por mis tonterías mentales.

-¡Agarrala Madison!- gritó un chico.

¿Madison? ¡¿Mi Madison?! Sin tiempo a pensar en lo que iba a hacer, intente meterme en el círculo del tumulto de gente. Hasta que la vi, a mi mejor amiga peleando con una rubia.

-¡Que tengáis un mal perder no es mi problema, puta!- le gritó la rubia a mi amiga.

-¡¿A quién llamas puta?! ¡Perra, ve a menear el rabo a otra parte que se ve que es lo único que sabes hacer!

-¡Hija de puta!- la rubia se abalanzó hacia Madison.

Mi cuerpo reaccionó solo y me lancé dentro del circulo al lado de ella. Nadie se metía con ella estando yo aquí.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2019 ⏰

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