Llegadas ya las cuatro, salí de casa en dirección al centro dónde había quedado con Madison.
— ¡Boo! — Me asustó cogiéndome de los hombros.
— ¡Eres una perra! ¡Vaya susto me has dado, idiota!
–— Vaya boca más sucia — me recordó al vecino de ojos verdes grisáceo.
— Sí, sí, lo que tú digas, vayamos a lo que hemos venido. — le dije cambiando de tema.
Me escaneó de arriba abajo buscando algo.
—¿Y tu bolsa?
—¿Mi bolsa?
—¿La bolsa con la ropa que te vas a poner esta noche? Vale que te deje él pijama, y no me importa prestarte ropa, pero tú así vestida no vas.
—¿Qué tiene de malo lo que llevo? —le pregunté con él ceño fruncido mientras me miraba a mi misma.
La ropa que llevaba no estaba tan mal; unas deportivas con mis pantalones rasgados, una camiseta a rayas y mi cazadora vaquera. Hacía algo de frío, la llegada de la primavera se resistía todavía.
—Pues que no es lo correcto para él lugar al que vamos a ir.— Estábamos llegando a su casa.
—Y, ¿se puede saber a dónde vamos a ir?— le pregunté curiosa.
—Ya lo verás, es una sorpresa. — abrió la puerta de su casa.— ¿Quieres comer algo? Son casi las cinco, merendemos algo.
— Vale, lo que tengas.
Merendamos en el salón mientras veíamos mi serie favorita de Disney Channel. Sí señoras y señores, Disney Channel. Por fin Madison veía conmigo un capítulo de "Las Aventuras de Ladybug".
Cuando terminamos, ya se nos habían hecho las seis y media, por lo que subimos a su habitación a que se cambiase.
— Toma. —Me entregó unas botas negras con tacón. — Pontelos, mejor que con esas deportivas irás. Y quitate esa cazadora, te dejare la chupa de cuero de mi madre.
— Pero, ¿A dónde vamos?— le volví a preguntar carcomiéndome la curiosidad.
— Sh, calla, lo sabrás cuándo vayamos. Por cierto, a las ocho y media nos recogen. — informó mientras se ajustaba él vestido negro de manga larga.
—¿Quién nos va a recoger?
—¿Por qué haces tantas preguntas, Aeryn?— se giró a verme.
— Porque parece que me vas a secuestrar y me vas a llevar a un descampado para matarme. — me reí.
— Nos lo vamos a pasar bien, ya verás, no te preocupes. — se rió también.— Pásame esas botas altas, a tu izquierda.
Ya listas y maquilladas –muy sutilmente, sin pasarnos– tocaron al timbre.
—¡Madison! ¡Es para ti!— nos informó Clarisse, la madre de Madison.
—¡Ya bajamos!— le contestó a su madre.
Bajé las escaleras trotando seguida de mi amiga encontrándome con un chico moreno vestido con una chupa de cuero como nosotras.
Clarisse salió en ese momento de la cocina.
—No lleguéis muy tarde, ya me ha dicho Darren que vais a una discoteca del centro, cualquier cosa me llamas Madison. Confio en ti. — le señaló con el dedo a su hija.— Sí mamá, te quiero. Volveremos pronto. ¡Adiós!— salimos de la casa tras esos comentarios.
— ¿En serio?¿A una discoteca en él centro?— le ironicé a mi amiga. — ¿Para eso tanto misterio?— Bufé quitándome un pelo de la cara.
ESTÁS LEYENDO
Start ➡
Ficção AdolescenteTras abandonar el instituto es hora de empezar otra nueva etapa. Una etapa de seguridad, de equivocaciones, de responsabilidad y no tanta responsabilidad, de aprender cosas inimaginables, de hacer amigos y enemigos, de enamorarte. El nuevo co...