Taeyong era una bola de ansiedad, siempre lo había sido y con el tiempo había aprendido a sobrellevarlo, no siempre de la mejor manera.
Conforme los días pasaban era más consciente que pese al tiempo y la distancia que el destino había puesto entre ellos, aun amaba a Johnny, profundamente. Ese era, se había dicho así mismo, un gran problema, uno que no estaba listo para afrontar.
Hacia unos días, cuando Johnny le había anunciado de la nada que se habían casado sin querer en Las Vegas tres años atrás, la mente de Taeyong corrió eufórica con la idea de ser esposo de Johnny, sin embargo dicha euforia se vino abajo cuando el alto sugirió de manera inmediata un divorcio presentándole los papeles listos para este. En ese momento se tuvo que recordar que su mejor amigo no lo veía de esa manera, y estaba bien, así había sido por un largo tiempo, podía manejarlo.
O eso había creído, era difícil cuando en un lugar tan paradisiaco como Okinawa, Johnny lo miraba como si nunca quisiera dejarlo ir. Y la noche anterior, con aquel beso... no podía seguir pretendiendo que no sentía nada por el otro.
Llegado a ese punto tenía dos opciones, la primera y más sensata, era hablar con Johnny acerca de sus sentimientos, tener una conversación honesta y ver si podían intentar ser más que amigos, es decir, debía de gustarle de alguna forma al otro, tal vez no fuera tan difícil que Johnny le correspondiera. Y la segunda era huir, quedarse callado y no hacer nada, esperar que el otro hablara en serio en cuanto a mudarse de vuelta a Corea y quizás ya con algo de valor reunido intentar conquistarlo.
En su mente le dio mil vueltas a aquellas opciones desde que regreso del evento de parejas y se encerró en el baño. Mientras retiraba su maquillaje de forma tortuosamente lenta no dejaba de pensar en los posibles escenarios de tomar una u otra decisión, pensó tanto que le dolió cabeza. Cuando finalmente salió del baño encontró a Johnny durmiendo en una posición un tanto incomoda, seguramente había intentado esperarlo para dormir. Con cuidado lo acomodo sin despertarlo y se apretó contra él, era la penúltima noche de aquella "Luna de Miel".
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Al despertar a la mañana siguiente el dolor de cabeza seguía ahí y Johnny no estaba. Ese hecho se le hizo extraño ya que en los días que llevaban ahí eso nunca había pasado, poco después entro en pánico pensando que quizás tenía que ver con el beso de la noche anterior.
De alguna forma logro esperar unas dos horas antes de marcar a Johnny que aún no aparecía, no hubo respuesta. Al borde de un ataque de pánico alguien toco a su puerta, se apresuró a abrirla para encontrarse con un empleado que llevaba un carrito con comida.
- Su esposo pidió que le trajeran el desayuno a esta hora, – dijo mientras Taeyong lo dejaba entrar – también me pidió que le informara que le ha reservado una sesión en el spa por la tarde y que salió a hacer unos encargos, lo vera un poco antes de la cena –
- Gracias – atino a decir cuando este ya se marchaba –
Tomo sus alimentos con la mente en blanco, no sabía cómo interpretar lo que estaba pasando. Al final decidió que quizás un día en el spa era justamente lo que necesitaba para aclarar su mente.
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Johnny agradeció profundamente a los empleados que le indicaron donde quedaba la joyería más cercana. Compraría un anillo de compromiso para Taeyong para remplazar la baratija que le había dado en Las Vegas, había decidido pedirle matrimonio esa misma noche.
Quizás era un decisión impulsiva considerando que no sabía muy bien en que situación estaban en cuanto a su relación, pero algo en la forma en que Taeyong lo había besado la noche anterior le había dado valor, y esperanza de que los sentimientos fueran mutuos.
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No Honey
Fanfiction"Hace tres años me casé con mi mejor amigo. Mi novia nunca me lo perdono y terminó conmigo. Pero Taeyong y yo estábamos muy ebrios y pensamos que era divertido." O donde Johnny y Taeyong se casan sin querer en las Vegas y ninguno lo recuerda.