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Una tarde me llamaste, te habías quedado afuera de tu casa y dijiste que era buen momento para escuchar mi voz. Y hablar continuamente. Aunque no quería, lo admitía, me puse feliz porque pensabas en eso.

Me puse feliz y empecé a gritar, te aturdi perdón.
Casi me ponía a llorar, tú siempre odiabas las llamadas. Que me preguntaras qué querías llamarme sin importarte que estaba haciendo o si que estaba con familiares, no te importo, como siempre.

Te iba a contar que en el colegio conocí a un chico de una manera muy tonta, pero de esa manera es que se volvió una persona importante para mí tanto como tú.

Al final no te dije nada porque no pensé que sería tan importante, total pensaba que sería un amigo más.

Excuses | myg |✘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora