1 : Soledad.

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Soledad

Soledad,  fué el primer nombre que pensé para mi hija cuando me enteré que sería una nena. Fue lo que pensé que me traería. En la escuela se enteraron que yo tendría una hija, mis "amigas" se alejaron, y yo cada vez me hundía más en mi almohada, me paraba frente al espejo y me golpeaba el útero, o en la ducha me clavaba las uñas como si el "problema" se fuera así, lastimandome.

La gente se alejaba o susurraban cosas cuando yo pasaba. Si algún día tenes la mala suerte de ser mamá joven, te puedo asegurar que si hay algo que te va a doler van a ser las opiniones ajenas, pero gente hay para todo.

"No la tenía así" "que dirá la abuela." "Con ese negro se viene a meter!? No le va a aportar nada bueno a su vida" "Siendo una nena tan linda mira con quien se viene a meter" "va a salir putita como la madre" "va a salir negro como el padre, mira la pinta que tiene" "seguro lo aborta" "ojalá lo aborte" "ojalá lo críen" "nada bueno va a salir de ahí."

Comentarios así, todo el tiempo.

La gente se llenaba la boca hablando de mí como madre, de mi beba y del padre de mi hija, cuando nadie sabe lo mal que la estamos pasando también, dieciséis y diecisiete años, los dos sin padres y adictos a la droga, ¿Qué cosa buena puede salir de ahí?. Es algo que yo pensaba muchas veces, pero ser mamá no es solamente éso, me trajo a las verdaderas amistades, personas como mis cuñados que me llenan de amor y van a ser de mí hija una reina, el padre que la malcría aun cuando ni siquiera nace.

"Esperanza, que se llame esperanza."Dijo mi pareja, su papá viendo el monitor con la nena, y yo simplemente sonreí" ¿Qué fue lo bueno que hice como para merecerte mi amor? A vos y a tu padre".

Las personas malas me hacían sentir que no me querían, que yo era una decepción. Mi abuela me lo dejó en claro "Ay Rosario, ¿Qué hice yo para que vos me hagas ésto?" tenemos el apoyo de todos los hermanos de Ismael, el de su mamá a medias y en mi familia casi no aportan, es difícil ser mamá joven, pero difícil no significa imposible.

Los malos me aislaron, los buenos me salvaron.

Gracias hijita, perdón por tan poquito.

Bardos de una madre primeriza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora