Capítulo4

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                                                                         A

La sigo por el pasillo, todavía trato de poner mis pensamientos en orden. Estoy debe ser un broma. Ha de ser eso, una retorcida broma del destino.

Cuando entramos a la sala, camine hasta el sillón. Tal vez necesitaba un poco de aire. Me senté sin importarme si ella estaba de acuerdo. Observe la nada.

Ella carraspeo. Levante mi mirada, su rostro me estaba perturbando.

-Entonces…¿Qué puedo hacer por ti, Anthony?-Pregunto mirándome, seguía de pie a una distancia considerable.

Necesito una excusa rápida. Tengo que salir de aquí. Al diablo la misión. Tosí voluntariamente tratando de llamar su atención. De todos modos no luce como una criminal.

-¿Podrías traerme un poco de agua?- Ella levanta la ceja y sé que está a punto de decir que no.

Ella levanta las manos supongo que rindiéndose.

-Claro, porque no.- Se levanta y sale del salón perdiéndose en la inmensidad de la casa.

Prácticamente salte del sofá como si estuviera en llamas, buscando la salida. Cuando estoy por salir al pasillo, lo veo. Claramente, colgando orgullosamente de la pared. Exactamente como la recuerdo. Su mirada un poco presumida me observa.

Ana.

Su pálida piel, sus enormes ojos grises que te miran, su largo cabello rubio como el sol y su sonrisa.

La observo sin aire.

-¿La conoces?-La voz de Alexandra me llega. Me giro y está ahí con un vaso de agua.

Mierda, perdí mi oportunidad.

-Sí, hacía mucho tiempo que no sabía de ella.- Alexandra se acerca, ha soltado su cabello que cae en rizos hasta su cintura y me da el vaso de agua fría.

-¿Puedo preguntar como esta?- Debo hablar con ella. En otro momento pero es necesario. Debo disculparme.

Ella bajo un poco la mirada pero una sonrisa sarcástica se formo en su rostro.

-No la he visto en un tiempo pero digamos, que ahora está mucho mejor que antes.- Contesto, levanto su reloj y miro la hora. –Muy bien, empieza a hablar. Tengo que encontrarme con unos amigos en 20 minutos.

-Claro, ¿señorita?-Pregunto, le doy un sorbo al agua y coloco el vaso en la mesa de centro.

-Ivanova. Alexandra Ivanova.

-¿Puedo suponer por su apellido que es pariente de Ana?-Señalo la fotografía de a pared.

Ella ve la pintura un momento con los labios fruncidos y me mira.

-Claro, digamos que estamos relacionadas genealógicamente hablando.-Dijo, jugó con su cabello y se sentó en el sillón individual. -Así que señor Anthony, empiece a hablar.-Señalo la fotografía mientras me sentaba en el sillón. -¿Vamos hablar de Anastasia?

Niego con la cabeza. Ya no estoy seguro como se hace esto. ¿Cómo se supone que la lleve contra su voluntad? Al demonio, lo hare de la misma manera que planeaba hacerlo. Como retirar una bandita de una vez.

La música me interrumpe y ella se levanta a atender su celular que se encuentra en la encimera de la chimenea. Levanta un dedo para callarme y atiende.

-Hey Blake-Saluda ella y se da la vuelta. Empieza a hablar y reviso por la habitación buscando algo, la fotografía de Ana ya me está fastidiando, sentir sus ojos en mí, es incomodo. En una mesita con un jarrón, encuentro un rollo grande de cinta adhesiva en la gaveta. La escondo en los cojines del sofá y me vuelvo a sentar fingiendo normalidad.

The New Avengers GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora