Aquella mañana

El alfil

Eran las 4:30 de la mañana y la nubosidad del día lunes era normal, aun para los que evitan salir de casa por temor a las constantes lluvias que suelen someter a la ciudad en el mes de diciembre. Cerca a la estación Apurímac se consideraba que la población que pernoctaba eran delincuentes aunque en su mayoría eran personas indigentes que dormían en las afuera de las instalaciones de la estación. Frecuentemente el olor a tierra con grasa de los talleres de mecánica añoraban un ambiente escéptico pero lleno de añoranza. Era lunes y era el día para ir a ver las notas finales del examen de planeamiento. El semestre acababa ese día por lo cual no muchos alumnos iban al campus.

"Deme un café sin crema por favor" dijo el joven provinciano a la misma señora del carretilla de desayunos que vendía café desde muy temprano a lo cual saco 2 monedas y pago. Debido a la falla en la cortadora de la imprenta era muy probable que el dueño despida algunos trabajadores para acarrear costos por lo que era parte de su subsistencia ir buscando otro trabajo. No es difícil conseguir trabajo para un provinciano, comemos poco y trabajamos mucho pensó. Es complicado aprender claramente nuestra identidad, en lo habitual estamos sujetos a creer mucho de lo que se nos dice y al parecer eso el lo sabía.

La mayoría de trabajos informales están en los mercados a lo que ir a ese lugar era lo más lógico y mucho más si es temprano buscando trabajo de estibador, la paga es decente y se paga por dia, por lo cual era algo que se podía conllevar.

Según él, tenía entendido que la mayoría de cargadores tenían un gremio, y la oficina estaba en el segundo piso de la torre del mercado. Y si, el mercado tenía una torre, que fingía en ser de vigilancia pero en realidad funcionaba como estación de radio.

Alfredo decidió subir para poder encontrar información antes de que empiecen las jornadas de trabajo. Al acercarse noto una cola ya de hombres corpulentos de rasgos marcados por las jornadas hasta el medio dia, seños fruncidos eran el símbolo que distinguia aquellos individuos de esa tribu. "Oye chiquillo haz tu cola" dijo el primer varón en la cola cuando Alfredo intentó acercarse la puerta, a lo que el respondió: 

-Solo vine a preguntar. 
-igual haz tu cola, todos estamos aquí por lo mismo así que regresate noma. le respondió el señor.

Al regresar, noto que ya era hora de empezar los jornales por lo que muchos de los puestos serian tomados antes de que el llegase.

-Al parecer nos volvemos a encontrar, dijo una voz femenina a lo que el volteo.
-Ah otra vez tu. le respondió
-Esa no es la forma de responderle a una mujer.
-bueno, quizas tengas razon pero no estoy de ánimos para estar pensando en eso, respondió Alfredo.

-Bueno, le dijo ella a lo cual lo dejó esperando e ingreso a la oficina de administración, pasado diez minutos le tocó el turno a el. Al ingresar vio a un hombre robusto y bonachón de tez trigueña,

-Ah este es el último al parecer, bueno siéntate y déjame ver si hay algo le dijo el señor.
-Buenos días, murmuró.
-Bueno, tengo justo un puesto libre para cubrir en la sección de frutas, solo tendrias que dejarme tu Dni para poder hacerte la boleta cuando te demos el jornal a medio dia, por lo general aquí pagamos dependiendo a lo que lleves en cada carreta, pero creo que eres nuevo asi que tambien te alquilamos una y te descontariamos el 8% o simplemente si lo prefieres llevarlo a lomo. Tu decides hijo. 

-¿Y cuanto es por medio jornal?. preguntó Alfredo
-Pues la mitad pues muchacho jajaja, no pareces el tipo intrigante que mi hija dijo que eras.

Por un momento, se quedó pensando mirando al suelo, el sonido de los altavoces en el mercado transmitían las primeras canciones chicheras del dia pero un trámite de silencio estuvo por un momento junto a Alfredo.

-Bueno, mañana a que hora abren esto? respondió el joven provinciano.

-A las 5:00 de la mañana, solo que hoy hubo un problema con los camioneros por que demore en abrir la oficina, le respondió el señor.