La presión en sus sienes se sentía casi como si hubiera hundido la cabeza en lo profundo del mar. Estaba agotado mentalmente. Después de tanto esfuerzo, acabar chocando contra un muro que era enorme e injusto... Eso era una basura muy grande.
Ser dejado atrás por cosas que tenía perfectamente dominadas, que sabía manejar, y de pronto no podía usar... pero éstas habían sido punto de diferencia entre él y cientos de personas más. Diferencia que no podía zanjar, por mucho que quisiera porque lo había perdido, su discurso, su mensaje, su razón.Una roca se plantó frente a su camino, empapado ya de agua y barro. Todos habían huido de un lado para otro en busca de un refugio para aquella tormenta que se había desatado sin previo aviso, pero él estaba allí, parado en el camino, fijando su vista en una roca que lo bloqueaba de avanzar con tranquilidad. Era una perfecta alegoría para su situación actual. Colérico, preparó su pie, apuntando a la roca, pronto haciéndola volar con fuerzas hacia delante.
Escuchó con atención para poder discernir entre el chaparrón del agua en el asfalto y el repiqueteo que la roca suponía iría a causar en el suelo, pero a penas pudo escucharlo, pues el sonido de la lluvia era ensordecedor. Él, tan húmedo y empapado como las copas de los árboles, ni siquiera intentaba ya ocultarse de ese berrinche que las nubes hacían, pues no tenía sentido alguno. Soltó un insulto por lo bajo a todo lo que lo rodeaba, intentando que al menos, ya que había tanta agua, ella se llevara un poco de la pesadez que se había instalado en su pecho. JiMin estaba oficialmente agotado.Sus pies lo llevaron desde una tienda de conveniencia, donde consiguió algo para beber, hasta un parque de un barrio residencial, cuyos caminos recordaba más por costumbre que por memoria, pues su escuela había estado por los alrededores, y había caminado al rededor gran parte de su secundaria por la zona.
Se detuvo en la entrada mirando a todos los juegos que habían allí, algunos estaban sufriendo los azotes de la naturaleza sobre ellos, pero por lo demás, se mantenía muy bien, comparándolos con un par de años atrás. Caminó hacia los columpios, rozando con los dedos las cadenas que los mantenían flotando. Quizás se pasaría de nuevo por ese parque cuando no hubiese chaparrones, y cuando no se encontrase demasiado triste como para poder disfrutar realmente del lugar.Se acercó a paso lento hasta los tubos de plástico, y ya llegando a ellos, gateó un poco hasta acomodarse apropiadamente en su interior, con cuidado de no golpearse la cabeza en el intento. Mantuvo los pies elevados, no queriendo manchar con barro el tubo. Se sentó, quitándose los botines y colocándolos a su otro costado, dándose espacio y libertad. Tenía las medias húmedas como lo estaba su calzado, por lo que se las quitó también, estrujandolas un poco para que se secaran más rápido.
Soltó un suspiro mientras las extendía sobre los botines, recién dándose cuenta de que él también estaba goteando tanta agua como un caño abierto.Se quitó el abrigo con cuidado, intentando no mojarse más la ropa de lo que ya estaba. Afortunadamente su camiseta había sobrevivido al agua, y a penas tenía un par de gotas que caían desde su cabello hasta la tela negra, aunque no podía decir lo mismo de su pantalón. Dejó la prenda húmeda un poco más lejos, pasando por encima de los botines y las medias. Y ahora sí, acomodado en su refugio provisorio, tomó de la bolsa plástica una de las latas de cerveza que había comprado en la tienda de conveniencia, abriéndola con facilidad y experiencia, llevándosela a la boca enseguida.
Hizo un trago, dos, tres, cuatro y la lata se arrugó entre sus manos al quedar vacía ya, mientras la sensación espumante permanecía en su garganta, junto al sabor amargo.
JiMin la observó con desinterés entre sus manos, estrujada y doblada a su medida, como debía ser. Su mirada entonces cambió a una mucho más oscura, menos aburrida con la situación. Desde que había salido de ese establecimiento, al que no quería volver prontamente, no había podido asimilar que le hubiesen rechazado por su propio baile, tras reconocer su talento... y su falta de pasión. Él sabía que su técnica era por lejos mejor a la de muchos de los que habían ido a audicionar esa mañana, no porque fuese soberbio respecto a sus habilidades, sino porque sabía reconocer sus dotes y puntos fuertes. ¿Realmente iban a zanjarle su carrera con una frase tan mediocre como "Quizás deberías dedicarte a otro tipo de carrera."? Y lo que era peor aún, ¿Cómo iba a decírselo a su padre? JiMin sabía de sobra lo pesado que podía llegar a ser con respecto a sus obligaciones, sabía lo mucho que iba a gritarle sin escuchar absolutamente nada, en cuanto el primer "Mu" saliese de su boca una vez le comunicase del estridente fracaso en la academia más prestigiosa de todo Seúl.

ESTÁS LEYENDO
RAINDROPS | v.m. |
FanfictionDonde Taehyung y JiMin se conocen por casualidad, ambos ocultándose de sus problemas en un parque aislado de Seúl en medio de una lluvia, haciéndose silenciosa compañía el uno al otro sin decir una palabra. ¿A dónde los llevará el destino?