Ñ. Familia

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Beca, ¿como has estado?, sabes tus hermanos y yo te echamos de menos. ¿Vendrás pronto?-claro que también extrañaba a mi familia, a mi mamá, más en este momento donde mi vida comenzaba una serie de revoltijos casi como entrar en un laberinto que no tienen salida.

¿Qué paso con sus documentos?, Lucía me dijo que pronto les darían sus pasaportes- con tanto problema ni siquiera recordaba aquellos estúpidos papeles para que mi familia pudiera venir a vivir conmigo.

Me entrego un sobre la semana pasada pero me dijo que eran tuyos por eso marcaba ya que ni siquiera te has tomado la molestia de enviarme un mensaje- un poco decepcionada mencionó aquellas líneas y era consciente aunque también culpable. Sin embargo ahora no tenía tiempo ni para respirar. También estaba feliz ya que ese sobre contenía sus documentos para venir a New York así que los tendría aquí lo antes posible.

Hice aún lado mis problemas, tomé una gran bocanada de aire para enfocarme en lo más importante.

Entonces mamá, ¿Qué esperas?, deberías tener tu maleta lista porque ahora mismo te deposito para que vengan-un grito al otro lado del teléfono avisando a mis hermanos que vendrían y sobre todo lágrimas de felicidad de mi madre, gracias a ella había viajado a New York, siempre apoyándome, sacando adelante a mis hermanos ella sola aunque mi abuela también tiene mucho que ver así que ella también está incluida.

Regresar un poco de lo que mi madre me ha dado.

No me gusta la inseguridad mucho menos la cobardía, cosa que estaba haciendo en este momento sin recibir llamadas de Anthony, ni responder mensajes pero ¿porque?, el no hizo nada malo todo por el contrario gracias a él estoy aquí, pero entonces no se le llama a eso Agradecimiento.

Mi familia llegaba hoy, evite por dos semanas a Anthony, incluso no avise que cambie de casa, tal vez necesitaba privacidad, estar sola y pensar así que decidí pedirle un tiempo.

Cobarde solo le envié un E-mail.

Su respuesta  fue tan solo, simple y triste Okay.

Cariño- mi madre corrió a estrujar me entre sus brazos. No soporte más así que inunde su saco con mis torrentes lágrimas.  Tal vez era el verle después de casi dos años o sentirme reconfortada después de todo Anthony no sabía donde estaba y le echaba de menos, demasiado.

Así fue nuestro encuentro lleno de lágrimas por parte de mi abuela, hermanos y madre. Mi casa no era grande pero fue lo que pude encontrar en dos semanas, acojedora y espectacular para nosotros, una nueva vida con ellos para mi era todo lo que necesitaba pero me faltaba algo, un vacío dentro de mi, todas las noches, me faltaban sus brazos rodeando mi cintura, su voz en mi oído susurrando un té amo de su boca. Así transcurrieron dos semanas más.

Así termino agosto, sin saber nada de él y me dolía, parece que huí del compromiso.

¿A donde iras cariño?, te has puesto muy guapa- si, ella lo sabía, todo de principio a fin, me dio un jalón de orejas, debía tragarme mi orgullo e ir  con el porque yo lo había arruinado. Tenía que decirle que lo amo, que no puedo estar sin él, claro si no era demasiado tarde.

Saldré con tu futuro yerno, claro si el me recibe, lo dudo pero haré el intento. Debo pedirle perdón por ser un boba- suspire preocupada, no sabía como iba reaccionar así que no me hacía a la idea de que regresará conmigo pero enserio lo intentaría. Estar sin él era cruel.

Le envié un mensaje indicándole el lugar para encontrarnos  que no fue respondido pero iba ir, tal vez si estaba molesto pero algo dentro de mi decía que si llegaría Anthony.

Subí de nuevo por ese elevador, sintiendo frio en todas partes, camine lento hacia la puerta de mi departamento, había pasado un mes desde la última vez que estuve aquí. Entre sin prisa alguna, manteniendo firme mi postura intentando no llorar antes de hablar o excusarme pero al entrar solo el silencio fue mi amigo durante dos largas horas de espera.

Cappuccino Anthony Santos-Romeo SantosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora