C I N C O

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La chica de cabello oscuro caminaba por los pasillos de su escuela con los nervios de punta, era día lunes y debía hablar con su mejor amiga al respecto en busca de recomendaciones de qué podría hacer en casos como estos.

Estaba anonadada desde aquel día en el que oyó la comprometedora conversación que mantuvo Donghyuck con algún muchacho, no tenía idea, pero la forma en que le hablaba le hizo cuestionarse demasiado durante el día y parte de la noche. Tenía su gran hipótesis sobre la sexualidad del pelinaranjo, aunque debe admitir que desde un principio sintió que algo en él la estaba haciendo dudar sobre aquel tema.

Entró al salón de clases sentándose de inmediato a un lado de su amiga; Jisoo la miró extrañada por la forma abrupta en que tomó el lugar a su costado, hizo una mueca y la miró cuestionándola alzando una de sus cejas y torciendo la boca.

—Bien, luces extraña-gesticuló Jisoo después de unos minutos observando la apariencia maniática de Nayeon, carraspeó—. ¿Qué tienes ahora?

—Descubrí algo—dio la vuelta para verla de frente, tragó saliva.

—¿Qué descubriste? —cuestionó apoyando su cara en su mano, sin muchos signos de interés—. Cuéntame.

Nayeon asintió frenética.

—El domingo fui a la iglesia como de costumbre, ¿te hablé de Donghyuck? —preguntó Nayeon antes de continuar.

—Sí, el que se supone será el padre de tus hijos—respondió Jisoo con un además—. ¿Qué pasó con ese?

—Yo salí de la iglesia a buscar unas invitaciones para mi madre, yo no quería, no había intenciones de oír conversaciones ajenas, pero él estaba hablando demasiado alto... —contaba con un tono un poco alterado—. ¡No quise entrometerme en su vida privada! Estoy segura que es un secreto muy íntimo, su madre es estricta, muy religiosa...

—Ve al punto, Nayeon—la apresuró Jisoo, ella solía ser impaciente, o quizá no toleraba mucho lo enredada que llegaba a ser Nayeon.

—Oí cómo hablaba por teléfono, sentí tanta vergüenza por todo lo que dijo—tocó sus mejillas al recordarlo, sonrojándose—. Creo que es gay, bueno, estoy segura, no es tanto una suposición.

Jisoo abrió sus ojos mostrando sorpresa—. ¿De verdad? Pero, ¿qué escuchaste?

Nayeon negó sonrojada.

—No puedo decirlo, fue demasiado vulgar-murmuró ladeando el rostro—. Es extraño decirlo, pero mencionó actos denigrantes que un hombre jamás debería hacer—arrugó la nariz disgustada—. Bueno, ya es gay, creo que no hay nada más denigrante para un hombre que eso.

—Deberías dejar de tener una cabecita tan cerrada, estás en pleno siglo veintiuno, ¿seguirás pensando así? —Jisoo alegó en desacuerdo con el tipo de pensamiento que tenía Nayeon, tampoco la culpaba del todo, la crianza la obligó a pensar así sin remedios—. ¿Qué piensas hacer ahora?

—No lo sé, quizá decirle a su madre...

—¿Qué? ¿Eres estúpida? Acabas de decir que era un secreto y que su madre era terriblemente religiosa, ¿dónde está tu sentido común? —Jisoo frunció el ceño—. Seguro y así lo mandan al servicio por diez años—quería golpearla.

—Su madre se enteraría algún día, no siento que esté muy mal que le diga—suavizó.

—Antes dijiste que no era algo que te incumbe, sigue así, no te entrometas—advirtió Jisoo—. ¿Cuál es el problema en que Donghyuck sea gay?

—Mi madre quiere que sea su novia, pero no puedo serlo si es homosexual—respondió—. Aparte, aunque no lo fuera, tampoco me gustaría estar con él, ya me gusta alguien más.

Mom, i'm gay too (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora