Capitulo 1

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Me tomó varios meses planear todo esto... Seis para ser precisos. Seis meses vigilandola... Seis meses siguiéndola.

Ahora todo mi esfuerzo da sus frutos, porque ya sé dónde apuntar, ya sé a dónde le va a doler. Mira que decirme, "necesito estar sola un tiempo", vaya sólo le tomó dos días irse con ese amigo suyo, pero ya sé cómo hacer que se retuerza ante mí.

Los primeros meses fueron lo más fácil, fingir que no pasó nada, sonreír ante el hecho de que ella se fuera con otro a la primera oportunidad. Aún más fácil fue que ella me diera toda la información, ¿lo difícil? Llegar a éste punto. Llegar a tener al tipo atrapado a punto de morir en mis manos, y a Cinthya apuntándome con un arma rogando por perdón.

Pero no voy a parar. No ahora, aunque ella me ruegue, después de todo fue su culpa, Cinthya me provocó.

A metros de distancia me decía, suplicante que parara.

-Wideon... Por favor -la voz le temblaba al igual que todo su cuerpo, era tan patética, pero aun así siguió parloteando. -Ya es suficiente... ¡Ya te pedí perdón! ¡Y quiero volver a estar contigo!- Se atrevió a alzar la voz, aun estando la situación en su contra, sólo decía tonterías. -¡Solo déjalo ir!- Yo no pude evitar soltar una carcajada, inhale profundo y le respondí con calma

-¿ Tu... Crees que con lagrimear un poco y decirme lo que quiero oír desharás todo el daño? ¿Huh?- En ese momento apreté más el cuello del chico para aumentar su agonía. -¡Ya te dije las reglas! ¡Te di el arma! Ahora contaré hasta diez antes de rebanar su garganta... ¡mátame y salva su vida!- Sonreí con arrogancia y la miré a los ojos. -O no hagas nada y condena tu existencia -ella no paraba de llorar. Era asqueroso ver a esa zorra llorar por un mocoso, ¡Jamás lloró así por mí! ¡La odio! ¡Odio al idiota que se retuerce entre mis brazos!

Entre sollozos ella me respondió en voz baja, casi no pude escucharla.

-No... No puedo dispararte yo... -sonreí al oír eso y la interrumpí con soberbia.

-Bien, entonces me amas, ¿no? -ella de nuevo habló sólo para alimentar mi ira y comenzar con el juego de la muerte que inventé.

-¡No! ¡Yo sólo no quiero herirte! -Abrí mis ojos con sorpresa falsa y luego sonreí tenuemente para comenzar a contar.

-Uno... Dos -ella comenzó a desesperarse y eso era tan, pero tan placentero. Por fin entendía que iba en serio y con las manos temblorosas me apuntó con la nueve milímetros.

-Wideon...Te juro que no fue mi intención herirte, pero ¡no puedo estar contigo!- Su boca solo se abría para sacar mierda y hacerme enojar aún más. -¡Soy demasiado egoísta como para sacrificar mi felicidad por la tuya!- Yo sólo la escuchaba y la miraba con furia mientras seguía contando.

-Tres... Cuatro...- Ella seguía hablando y llorando, pero sé que sólo finge, la maldita puta solo finge para poder correr a los brazos de "su angelito".

-Por favor, Wideon... Sigue tu vida... yo no soy la única...- Me reí internamente mientras en el exterior mi rostro solo mostraba un enojo monstruoso. -Déjame ser feliz, ¡tú sé feliz!- Yo sólo sonreí de lado con cierta superioridad y seguí torturándola con el conteo.

-Cinco... Seis...- Se arrodilló y bajó la pistola, eso me sacó de mis casillas, luego comenzó a llorar.

-No lo haré... no puedo... ¡Te odio! ¡Yo te odio Wideon! Pero me odio por hacerte daño y por tenerte lástima- ¡¿Qué?! Esa perra me tocó los cojones ¡¿lástima?! No se lo perdoné, tomé firmé la navaja y la presioné contra el cuello del chico mientras llamaba la atención de Cinthya.

-Querida, yo sé que no eres la única, pero esa no es la razón por la que hago esto- ella me miró confundida y atemorizada y tartamudeando me preguntó.

-E-entonces, ¿por qué haces esto?- Esbocé una enorme sonrisa y solté una sonora carcajada, de verdad me divertía verla así. aun riéndome le respondí su pregunta con mi talento para retorcer las cosas.

-No se trata de tenerte conmigo. Yo sé que ya no te quiero, esto lo hago solo para verte sufrir -mi risa era cada vez más notoria, no podía reprimir el placer y la satisfacción que sentía en ese momento, eso se combinó con la ira de verla derramar sus sucias lágrimas. No lo prolongué más así que decidí que ya era suficiente de tanto drama así que no me importó hacer trampa en mi propio juego. -Mira, te daré algo para que llores- Sin culpa y sin duda corte el cuello del "cuatro ojos" inútil, su sangre salió a borbotones y su cuerpo cayó muerto. La mirada de mi ex no tuvo precio... sus manos temblaban, y su rostro demostraba miedo y dolor.

-¡Wideon!- Su desgarrador grito fue seguido por tres detonaciones del arma, ella tenía mala puntería. Solo un disparo me tocó. Todo pasó lento frente a mí, no temo morir y no me arrepiento de nada, mi sonrisa solo se hizo más grande al saber que esa perra se quedaría sola.

Al tiempo que yo caía, el arma copió mi acción cuando Cinthya la soltó para después ella saliera corriendo. Mi respiración dolía y la humedad en mi espalda era incómoda.

A modo de eco el sonido de un par de botas acercarse me arrullaba. Desde lo que aún podía percibir, una mano adornada con garras de metal afiladas tomó el arma, las botas siguieron su trayecto hasta el que parecía ser mi lecho de muerte. Luego de eso un par de afilados dientes se presentaron, adornando una sonrisa que no conocía y luego de eso una joven y varonil voz.

-No dejaré que mueras así, te ayudaré- Me sentí tan molesto, yo quería morir ahí como el perro callejero que era... mis ojos se cerraron luego de ver cómo el brillo zafiro en sus ojos se convertían en rubíes, unos hermosos ojos rojos rubí.

"Bum, bum... pip... pip... pip".

Sonidos molestos e irritantes, pero no más que las punzadas en mi jodida cabeza y el dolor en mi pecho.

Lentamente abrí mis ojos para ser cegado por luz blanca intensa, tan molesta. ¿Estaba en el cielo? ¿Yo... en el cielo? Imposible, tal vez era el limbo o el infierno... o tal vez la nada...

PsicosanguíneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora