Después de unos segundos Axel me soltó y se limpió las comisuras, pude ver que las almohadas estaban teñidas con un rojo muy oscuro, al igual que la piel en mi cuello.
—¡Qué demonios! ¿Qué me hiciste? ¡Eres un loco!— Intenté calmarme y él negó con la cabeza, con una sonrisa a medio lado.
—No estoy loco, pequeño— Me guiñó un ojo y volvió a acercarse.
—¿Entonces por qué rayos me mordiste?— Axel tomó mi mentón con sutileza y me miró a los ojos para hablarme en un tono seductor que me hacía rabiar.—Ya te lo dije, mi dulce, dulce Wideon, eres mi propiedad, solo marqué mi territorio— Ese comentario me molestó más de lo usual. Yo quité su mano de mi cara y con toda la ira que tenía de nuevo hablé.
—¡Yo no soy ningún objeto! Y creí haberte dicho que, si no me vas a decir lo que quiero ¡es mejor que te largues y me dejes solo de una vez!— Se levantó de la cama y tomó la almohada sucia y por arte de magia el objeto se incendió y se hizo cenizas en la mano del chico, lo siguiente que hizo fue tomarme por el cuello.
—Si tanto quieres que te responda, lo haré— Luego de decir eso me soltó y lamió la sangre restante que estaba embarrada en mi cuello y parte de mi pecho, me sonrió y me plantó un rápido beso en los labios para después comenzar a contarme.
—La noche que te encontré estabas en una situación algo tensa con una chica y otro chico.
Yo estaba pasando casualmente por la calle cuando escuché todo lo que la chica te decía, no creo que me equivoque si digo que es tu ex-novia, me quedé ahí solo por curiosidad de ver si tenías los pantalones para cortarle el cuello al chico o solo eras otro tonto jugando al asesino psicópata, créeme si te digo que me sorprendiste, jamás había visto tanto odio y ganas de ver sufrir a alguien.
Solo puedo pensar que de verdad esa chica debió haberte hecho algo malo para que la odiaras tanto. Cuando vi que te disparó, ella se fue corriendo y yo fui a ver si seguías vivo. Casi morías, pero ahora gracias a mí ya estás a salvo.— Por alguna razón todo eso me causaba un sentimiento de dolor y enojo, no sé si por el hecho de que en ese momento solo podía recordar que lo último que vi fue el cielo de noche y un par de luces rojas, también recordé que yo quería morir, pero no se lo iba a decir.—¿Gracias a ti? ¡Quién diablos te crees!— Lo aparté de mí con un empujón él ni se movió y me tomó del mentón.
—Creo que soy quien evitó que te desangraras—
—¿Q-qué? Qué tontería ¿Por qué harías algo así? —le pregunté girándome nervioso.
—No lo sé… me sobraba tiempo, es un pasatiempo que tengo, rescatar chicos a punto de morir en callejones de la ciudad es mi hobbie— Respondió con ironía, rascándose la nariz, eso solo me molestó más y se lo hice notar al mirarlo.
—Sabes, conmigo el sarcasmo no funciona, ahora explícate ¿por qué yo? ¿Por qué me salvaste?— Su mirada perdía cada vez más la seriedad y yo perdía los estribos.
—Ya te dije, simplemente me gustaste y quise tomarte, no hay nada más especial que el amor a primera vista ¿no?— Me sentía tan impotente, su manera de restarle importancia a la situación era impresionante, lo peor es que tuve la fe de que si preguntaba de nuevo me daría una respuesta coherente.
—¿Y se puede saber cómo lo hiciste? —él se echó a reír y se sentó en el sillón frente a la cama.
—Con mi boca —me dijo señalando sus labios, luego señaló el vendaje en mi pecho —tu pecho, sólo eso— Abrí los ojos impactado y traté de alejarme, pero aun así aun quería saber más.
—¿Quieres decir que tú…? —balbuceé deseando que mi deducción fueran maquinaciones mías, me odie cuando él sólo afirmó y dijo un suave "si". No me lo podía creer, ¿era en serio? Tragué saliva esperando que esa respuesta sí fuera una broma.
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Psicosanguíneo
ParanormálníUn corazón roto es capaz de volver a amar ¿Es igual con una mente rota? ¿Dos asesinos son capaces de amarse entre sí? ¿Qué pasa cuando el peligro y la locura se encuentran? Amor, pasión, deseo, obsesión... sangre... muerte, lo único que podría llega...