No me entiendo a mí misma, realmente.
Estoy siendo terriblemente tonta en este asunto, me siento tan débil.
¿Porqué me haces esto, porqué a mí?
De verdad que tan solo fue cuestión de diez minutos para caer a tus pies, pero no me culpes, es tu culpa por ser increíblemente hermosa.
De verdad, cada segundo que te veo, la incógnita de "¿cómo puede existir alguien tan bella?" crece más y más.
No estoy segura de lo que siento exactamente al pensar en tí; algo dentro de mí baila con tu imagen en mi cabeza y se siente de una manera extraña pero bonita a la vez.
“¿Esto es "amor"?” es lo que me pregunto.
Si es así, me enamoré de la persona equivocada, de nuevo.
Evitando el hecho de tus preferencias sexuales, ¿a quien rayos le gustaría una persona tan grotesca como yo?
Pero bueno, esto no trata de mi forma de ser.
Sólo sé que cada día quiero estar más lejos de ti, pero cuando lo estoy, no soporto no estar a tu lado.
Me encantan tus ojos, tan oscuros como el chocolate, acompañados de una mirada tan dulce como el mismo.
Tu nariz me da ganas de darle un beso en la punta, es adorable.
Tus labios son carnosos y rojos, se ven apetitosos y cada que los veo, me pregunto si saben a cereza, dándome más ganas de querer probarlos.
Tus mejillas están muy abultadas, son muy tiernas y me gustaría morderlas, más que nada; besarlas.
Tu cabello es tan bonito, tan largo y sedoso que me encantaría tocarlo.
Me encantan tus manos, más que nada que mis manos se entrelazen con ellas.
¿Alguna vez haz visto lo linda que te vez con las mejillas rojas cuando digo que te besaré? ¡Es una obra de arte!
Pero más que nada, me encanta la forma de la que eres, dulce, fuerte, segura, graciosa y agradable.
Confortable.
Tus abrazos siempre son cálidos, igual tus sonrisas.
Me gustaría que pensaras lo mismo de mi.
Pero no, solo soy alguien que admira, no alguien para admirar.