3

2 0 0
                                    


Matt y sus amigos saldrían de fiesta según lo que me hizo llegar Loraine. Me pareció lo ideal.

Me puse un vestido fucsia al cuerpo. Cuestión de encantos.

Llegamos con ella a la fiesta. Nos encontramos con Matt y ahí estaba él. Las babas no caían, estaba incrustada en el fondo de un océano.

Nos acercamos a aquel grupo donde el Dios de las Maravillas se encontraba. Miraba su barba incipiente y su bello rostro. Las bragas querían salir volando por su propia cuenta.

Saludé al grupo pero sin quitar la vista sobre él.

–Puedes disimular, sabes.

Miro a un platinado de ojos cristales. Me siento descubierta.

–¿A qué te refieres?- intento sonar distraída.

–Oh, a esa no me la creo. Eres más que obvia. Te traes algo con Leandro, ¿cierto?.

–¿No?, ¿cómo crees? -mis manos comienzan a sudar.

–¿No? -ríe- se las trae con otra. Y no está dispuesto a ceder ante otra dama, por más bella que sea, así como tú.

Mis esperanzas parecen decaer pero enseguida me pongo firme. Esto no significa nada.

–Ven, vamos a bailar. -dice aquel tipo del que su nombre desconozco.

Me toma por la cintura y empezamos a dar vueltas en torno a una música muy buena. No puedo negarlo, sí que sabe menear su cuerpo y hacerlo lo mismo con el mío.

–Soy Weight, un gusto. Y ¿tú eres...?.

–Alma, mi nombre es Alma. -al tenerlo tan cerca, puedo apreciar mejor sus ojos. Son más claros de lo que creí apenas tuvimos contacto. Asombroso.

–Oye, Alma, ¿acaso tienes un tic o algo por el estilo en quedarte tildada cuando maquinas tanto?

Sacándome de mis conclusiones, lo miro y le sonrió. Me agrada.

–¿Quieres ir a mi casa?.

Pero no sé qué responder. No debería. Estoy aquí por el dichoso, no por él. Se me ocurre girar a mis alrededores para encontrarme con una escena para nada agradable ante mis ojos.

Él estaba con una chica. Una, a decir verdad, muy bella. ¿Por qué se fijaría en mí teniendo a semejante muñequita?.

Pero Weight me saca de mi asombro y tristeza, aprieta mi mano y la acaricia. Me invita a ceder ante su petición. Lo pienso dos veces y miro nuevamente a mis alrededores. Se están besando y mi prima no parece seguir en la fiesta con Matthew.

Presa de TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora