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Pasaban los días, meses, hasta que la separación de mis abuelos llegó. No supe el por qué de esta separación, ni tampoco el causante de esas peleas.

A raiz de esta separación, la familia se iba separando. Según mi mamá Andrea yo no tenía ni idea del asunto y eso era lo que quería ella. Luego de un año ya con 15 años mi abuelo, a escondidas, me venía a ver mientras yo andaba en skate. Mi mamá siempre me decía, si tu abuelo te dice algo no le prestes atención.

Él cuando me encontraba me preguntaba si estaba bien y si tenía hambre. Yo como siempre tengo hambre aceptaba el dinero que me daba para comprarme algo rico. Después, antes que el se vaya me repetía siempre lo mismo "Las cosas no son como las cuentan".

Soy un chico de hacer caso por eso no le presté atención a mi abuelo como dijo mi madre. Carlos siempre me encontraba a mí porque cuando la trataba de ver a mi hermana terminaba con una restricción del juzgado, ya que una vez él trató de verla y mi abuela lo denunció por el solo hecho de que no quería que Carlos la viese a su nieta.

El único consuelo para él era yo. Cuando me ponía a escuchar las conversaciones entre mis padres me había enterado que todo el problema giraba entorno a Carlos y su nueva mujer, con la que había tenido una hija, que ahora tiene 5 años de edad.

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