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Ponerme a pensar y analizar que yo, Uriel, tengo una tía de 5 años es medio raro para mi.

No me importaba que el haya reconstruido su vida, porque estaba perfecto para mi. Cuando la veía a mi abuela me daba cuenta de su mal estar, cortaba las fotos en las que estaba con Carlos y me parecía raro pero a la vez lógico entender su enojo; igual es muy loca. Siempre lo creí.

Me daba intriga saber quién era esa señora, novia de mi abuelo, y poder conocer a mí tía, que por muy raro que sea, no lo quería creer.

Hasta que llegó el día en que conocí a esa tía tan esperada. Me había ido a dormir a su casa. La pasamos de lo mejor, lo raro es que no pensé que me divertiria tanto, pero bueno. Esta niña me hizo reir demasiado.

Era rubia con ojos celestes, como el agua, y uan sonrisa idéntica a la de mi abuelo; dificil desmentir que era su hija. Luego de unos días cuando ya estaba volviendo de estar con amigos, lo vi a él con su hija en la puerta del edificio donde vivo.

Mientras me acercaba, la niña con rulos muy largos, gritaba mi nombre y corría hacia mí.

Mi cara de impactado cuando me abrazó era increíble.

Como yo no tenia pelos en la lengua, le dije a él -Ésta es la hija que tuviste con esa perra?- A lo que el me responde -No te dejes llenar la cabeza por personas que no saben nada-

Cuando me respondió me quedé asombrado por la seriedad con la que lo dijo, como si tuviese razón.

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