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Después de mi llanto llegó la rabia.

-Quiero verlo.-le dije a mi padre.

-No vas a ver a nadie.-respondió cruelmente.

-Por qué? -pregunté.

-Hay cosas qie todavía no sabes y que no las sabrás.-

Me fui a mi habitación y cerré la conversación con un portazo.

Ya eran las doce de la noche en punto y planeé mi escape.

Primero lo que había hecho fué entrar en la habitación donde dormía mi padre y llevarme su celular. Me lo había llevado porque la novia de mi pobre abuelo le había mandado un mensaje por si quería verlo. Una vez con el celular en mano, junté coraje y me fuí de mi casa.

Una vez afuera corrí con destino al hospital, sufrí el peor de los frios pero sabía que eso lo hacía por él,  mi abuelo.

Llegó el amanecer y lo encontré, estaba tan alegre como perro con millones de colas, y subí las escaleras con las pocas fuerzas que tenía, hasta que lo ví. Esa alegría que me daba verlo pero tristeza a la vez porque estaba tirado en la cama de la habitación.

Le pregunté cual era el problema por el que todos estaban apartados de el y me dijo:

-Es mucho Uriel, no te puedo contar todo, aparte no es lindo.-

-Vos te pensás que es lindo que tu familia esté separada y que tenga que pasar una noche en llanto debajo de un puente para ver a mi abuelo internado?-respondí.

-Yo se que es duro para ti pero..-

-Pero nada, quiero la verdad!!-interrumpí.

-Bueno, todos están así porque cometí un homicidio.-

-Y ?-

-Empiezo desde el principio, tu abuela no era un ángel de la guarda que digamos y ella cuando estaba conmigo quedó embarazada. Yo pensé que era mío ese hijo en ese vientre, pero al hacer un ADN con tu padre nos dimos cuenta que tu padre no era mi hijo, osea que yo no soy tu abuelo biológico,  lo es otro.-confesó

-No lo puedo creer.-dije por lo bajo.

-Yo con esa rabia que llenaba mi cerebro con puros odios, me enojé mucho con tu abuela y con tu abuelo biológico más todavía, imagínate.-siguió.

-Pero no entiendo por qué el odio contra vos si el del problema es mi otro abuelo y Raquel, no entiendo.-dije mientras se caían mis lagrimas.-

-Lo que pasa es que yo maté a tu abuelo biológico,  perdón,  no quería,  pero pasó.-dijo con seriedad.

Todo fué así. Estabamos con tu padre caminando y nos cruzamos con un amigo de hace años. Yo lo veía un poco raro y lo interrogué para saber que era lo que le pasaba. Luego del interrogatorio logro enterarme que tu padre no era mi hijo. Ese bastardo de persona había sido quien guardaba el secreto, de ahí me enteré.  Le quise sacar un poco mas de información, hasta que me dice donde vive, obvio que lo fui a buscar.

Cuando lo encuentro el se esperaba que llegaría a tocar su puerta y me esperó con un té de hierbas y masitas finas.

Una vez adentro hablamos del asunto, mientras comíamos y tomábamos esas delicias. La verdad el hombre era todo un caballero pero yo no venía a disfrutar y elogiar a este muchacho, vine para arreglar las cosas. Me daba miedo si rostro porque tenía cara de loco. Presentía que algo raro y cruel saldría de ese cuerpo escuálido y esquizofrénico. Cuando me sirvió otro té,  que previamente había aceptado con gusto, estaba tardando demasiado en la cocina sola para hacer un simple té de hierbas.

Me puse nervioso y mientras él tardaba yo buscaba cosas que me aclararan como es ese hombre.

Revisé entre sus cajones y encuentro todo tipo de venenos y armas como para asesinar a alguien.

Todos esos frasquitos estaban tirados como si alguien tratase de agarrar uno y halla tirado todos los demás.

Cuando vuelvo él estaba recién saliendo de la cocina y me preguntó:

-¿Dónde estabas?.-

-En el baño.-mentí

-Bueno, sigamos con lo nuestro.-me dijo

Ya tenía el té enfrente de mis ojos y veía que éste no era igual que el anterior. Nose, presentía que tenía algo. Aparte me puse a mirar el de él y era totalmente diferente al mío. En un descuido de él, cambio las tazas y procedo a tomarlo con gusto. El muchacho con cara de loco se lo toma y a los 2 minutos por reloj se muere tirado en la silla duro como tronco petrificado. Sabía que algo raro tenía ese té. Luego de verlo muerto ahí me fuí corriendo mientras pensaba por qué él quería tratar de matarme,  total el que tendría que matarlo era yo pero bueno, al fin y  al cabo las cosas salieron al revés de lo que esperaba.

Mis ojos ya eran un mar del agua que tenían y no podía procesar tanto.  No paraba de llorar y darle golpes a la pared con mi cabeza.

Luego de que se me pasara le dije muy tranquilo:

-Vos siempre fuistes y serás mi abuelo, Te Amo!.-dije

-Yo también Uri.-dijo llorando

Y en un acto de abrazarme falleció en mis brazos. Desesperado pidiendo por mi abuelo llegan los médicos y me miran con cara de que había pasado lo peor.  Asi como el estrés depresivo lo internó,  el estrés emocional lo mató,  me lo arrebató de las manos.

Desde ese día recuerdo el Te Amo que me había dicho y su frase típica que me decía.

-Ya no tengo abuelo, nada.-sollosé.

Su muerte me hizo comprender que "Las cosas no son como las cuentan".

Mi vida ya no fue la misma, vivir sin el será dificil y tener que superar el dolor que me causa su muerte.

23 de Septiembre del 2030, ya soy un hombre mayor y sigo pensando y extrañando a esa hermosa personita que me criaba como un nieto. Siento como si el estuviese al lado mío en estos momentos. Espero que esté donde esté no olvide a su lindo y estúpido nieto Uri, porque hablando con seriedad siempre fué mi abuelo.

Pasan los años y pude superar un poco su falta gracias a una hermosa mujer que llegó a mi vida, que me hizo comprender el valor de la vida.

Marina, ese era su nombre. Morena, pelo oscuro y con rulos; una hermosa sonrisa y un corazón de oro. Ella es el amor de mi vida y la razón de existir.

Estuvimos 15 años juntos, y tuvimos dos hijos llamados Lucas Simón y Mía.  Esos lindos niños me alegraron la vida. Sé que a mi abuelo le gustaría poder haberlos conocido pero un día cuando crezcan les voy a contar ésta historia y lo importante que fué él en éste mundo.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2014 ⏰

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