Capítulo 1: El inicio

259 7 5
                                    

Javiera está enferma.

Esto podría ser de lo más normal para mi si no fuera porque tengo ciertos percances... no conozco a nadie del nuevo curso a parte de ella.

No es que me afecte, la verdad...casi nada me saca de quicio. Mi paciencia y perseverancia me ha llevado a ser una de las alumnas con mejor promedio de notas.

Aunque admito que, en la parte social, he sido un poquito...

En fin, hacer amigos no es mi fuerte. Sin embargo, el año pasado conocí personas muy importantes para mí. Lo malo es que en este nuevo curso ya no estaremos todas juntas.

El momento en que debemos elegir nuestros rumbos es complicado. Aunque yo tenía claro mis objetivos...o sea los tengo. Me gusta el área de la salud.

El área científica de mi liceo me ofrecía lo que yo deseaba y a mis amigas no les llamaba la atención ese ámbito, excepto a Javiera.

La confianza con ella es muy grande, y decidimos estar juntas para que el año no fuera difícil.

¡Maldita amigdalitis y rinofaringitis!

-Javiera -suplico-. Por favor no me dejes sola el primer día de clases.

-Liseth... -la casi inaudible voz de mi amiga hace que me tiemblen las manos de lástima-. Me siento horrible, quiero ir a clases y conocer a gente contigo para que no te sientas sola, pero esto me supera. Me duele mucho la garganta.

Hago un puchero, aunque sé que ella no puede verme.

- ¿Cuándo crees que volverás? -estoy siendo muy malvada con ella, está enferma y yo aquí solo estoy pensando en mi propio bien.

-Tengo licencia por todo lo que resta de la semana.

Suspiro. Agradezco que hoy es miércoles.

-Hum, que mal.

Me retiro el celular de mi oído para mirar un instante la hora. Mis ojos se abren de par en par.

-¡Estoy atrasada! Adiós Javi, ya debo irme. Hablamos en el recreo y ¡Mejórate pronto!

Ella se ríe débilmente. A pesar de eso, su risa es tan contagiosa como su enfermedad, pero no tengo tiempo de reír, ¡ESTOY MUY ATRASADA!

Me subo al auto de mi papá y en quince minutos ya estoy llegando a mi destino. Comienzo a buscar mi nombre en las listas que hay afuera de todas las salas de clases de mi nivel. Siento mi celular sonar y contesto de inmediato mientras sigo buscando

-Lo he olvidado ¡Guárdame puesto contigo! –Javi intenta gritar, pero apenas se le escucha la voz.

- Ya lo sé -digo completamente calmada-. Buscaré asientos que estén lo más adelante posible.

-¿Ya llegaste? –Me pregunta.

-Hace un minuto o menos, estoy buscando nuestra sala.

-No lo olvides, Lisie. Quiero sentarme cerca del profe, así no me da tanta vergüenza preguntarle cuando no entienda nada.

-¡Ya! Ya entendí -respondo-. Deja de hablar que te va a doler más la garganta.

Se ríe.

-Ok. Te llamo en el tercer descanso, que me voy a aburrir mucho. mándale saludos a mis bebudas.

Ahora soy yo la que río.

-Bueno, descansa lo que te queda de la semana y yo les doy tu mensaje.

Bebudas es como nos referimos a nosotras mismas, ¿por qué? Estábamos en una reunión en casa de Andrea, ella dijo algo indebido y su madre la retó diciendo esa palabra. Y desde ese momento que nos tratamos de esa manera.

¡Déjame Entenderte! [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora