CAPITULO 5

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Sigo a las chicas entre la multitud. Cuando llegamos al centro de la pista, Taylor y Alysa se meten a separar a sus hermanos, pero es en valde. No paran de pelear hasta que no se oye una sirena de policía.

Todo pasa muy rápido. La gente empieza a correr todo lo que puede, teniendo en cuenta que la playa estaba muy llena y no todos pudieron salir a tiempo.

Cuando me quiero dar cuenta, miro a mi alrededor y noto que todo el grupo de Taylor a desaparecido, incluida ella.

De repente alguien tira de mí, y me saca de todo ese caos. Me lleba al aparcamiento de prisa antes de que alguien nos viera.

Si no fuera por esa persona, estoy segura de que hubiera pasado la noche en comisaría.

- ¿A dónde vamos? -Pregunto.

Entonces me giro y veo de quien se trata. En todo el camino hasta el coche no me había girado para verle la cara, ya que estaba demasiado ocupada tratando de huir de la policía.

Se trata del chico que se estaba peleando con Hunter. El hermano de Taylor. Si no recuerdo mal se llama Nolan.

-Yo a mi casa, ¿y tu...? Como te llames.- Dice abriendome la puerta del coche.

-Soy tu vecina de enfrente. Y también voy a casa. Verás había quedado con tu hermana, pero se ha olvidado de mí. -Le digo subiendo al coche y el arranca.

-Es muy típico de Taylor. Solo mira por ella. -Me dice.

-Por cierto me llamo Chiara. -Le digo riéndome.

-Nolan, Nolan Wesley. -Me dice tocandose el pelo.

El resto del camino a casa nos lo pasamos en silencio, mientras yo me pregunto dónde se habrán metido los demás. Ya les vale. Se que no me conocen de nada, pero ya que he venido con Taylor, podía haber tenido el detalle de traerme a casa.

Cuando entramos en nuestra calle, Nolan aparca el coche en la acera de enfrente de su casa. Apaga el motor y saca las llaves. Luego bajamos del coche los dos, pero antes de que se marche, empieza a hablar.

-¿No me vas a dar las gracias? Que maleducada. -Me dice en un tono burlándose de mí.

-Gracias, supongo. -Le digo.

-¿Eso es todo? ¿No me vas a dar un besito? -Me dice está vez en serio.

-Si, claro, y que te guste. -Le digo riéndome en tono irónico y dirigiéndome a la puerta de mi casa.

-Algún día serás tu la que me pida que la bese. -Me dice chillando a punto de entrar por la puerta.

-Será idiota. -Digo por lo bajo sin que nadie me escuche entrando en casa de mi madre.

Menos mal que me dio una llave de emergencia esta mañana. Si no haber que hubiera hecho.

Me encuentro con mi madre sentada en el sofá viendo la televisión.

-Cielo, ¿Por qué no me has llamado para que vaya a recogerte? -Me pregunta en tono de típica madre.

Que raro se me hace que me llame cielo. Y más después de todos estos años sin saber nada de ella.

-Primero no me llames cielo, por favor. Segundo ha habido una pelea y me trageron a casa antes de que empeorara la cosa. Y tercero, tenemos que hablar. -Le digo algo seria y sentandome en el otro sofá que hay al lado de ella.

-Claro hija, ¿De que quieres hablar? -Me pregunta curiosa.

-De por que te fuistes. -Le digo sin más.

Mi madre se queda unos 5 minutos en silencio. Estará intentando pensar como me dice que no me quería, seguro.

-Verás hija, tu eras muy pequeña cuando paso todo. Y quiero que sepas que tu no tienes la culpa de nada. Tu padre tampoco la tiene, él es un buen hombre que te ha sabido cuidar mejor de lo que podría haberlo hecho yo. -Dice parándose unos segundos.

-Yo no estaba enamorada de tu padre, Chiara. Yo le tenía cariño pero no era feliz a su lado. Nunca me había llenado ningún hombre, hasta que conocí a Megan. Al principio intente aguartar por ti, pero cada vez fui a peor. Pase de las pastillas que me recetaba el médico, a la marihuana e incluso la droga. Yo había tenido una vida muy difícil, y no soporte descubrir que era lesbiana, me daba miedo lo que pudiera llegar a pensar la gente, y sabía que si me iba todo sería más fácil. Sabía que tu padre cuidaría muy bien ti, pero nunca debí abandonarte. Yo te queria, y te quiero. Pero elegí el camino que debía haber elegido. Tenía que haberselo contado todo a tu padre pero no pude. -Me dice llorando.

No se que pensar o que decir. Entiendo que quiera ser feliz pero no así, no se abandona a una hija.

-¿Y que paso después? Porque ya no fumas ni nada de eso, no? -Le pregunto con curiosidad.

-No. Cuando me fui, estuve unos años en casa de tu abuelo y seguía cometiendo errores, pero después de que muriera decidí que queria y necesitaba cambiar de rumbo. Así que me vine aquí, fui al psicólogo, conocí a Megan que me ayudo muchísimo. Ella era mi psicóloga y me enamoré de ella. También conseguí trabajo he intente ser féliz. -Me dice cogiendome las manos.

-Intente hablar contigo, te llame varias veces, incluso fui a Portland a verte, pero tu padre no quería que te viera. Él sabía que sería peor para ti. Pensaba que te afectaría volverme a ver pero saber que no me iba a quedar siempre contigo. Así que esperé unos años más y hace 3 años lo llamé para ver si estabas lista, pero tu no querías ni verme ni hablar conligo ni nada, así que deje de insistir. Pensaba que estabas mejor sin mí. -Me dice secándose una lágrima.

-No era así. Nadie esta mejor sin su madre. Yo te echaba de menos y no sabes lo que lloraba todas las noches deseando que estuvieses ahí. Incluso me culpaba de que no estuvieras, yo que no fui quien avandono a nadie. -Le digo llorando.

-Se que nada va a cambiar, pero quiero que sepas que nada, nada de esto es tu culpa. Soy yo lo única responsable. Me arrepiento tanto de como hice las cosas. -Me dice dándome un beso en la frente y abrazandome.

-Mama, ¿Qué te parece si empezamos de cero? Es decir, no podemos cambiar el pasado, pero hagamos que el futuro merezca la pena. -Le pregunto.

-Me parece muy bien, amor mio. -Me contesta.

Y está vez soy yo quien la abraza.

MALDITO IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora