Good Morning, Nam

Veintinueve🍃

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Luego de alcanzarle sus últimos deberes, ya acabadas las clases, a su profesor a cargo, el pelinaranja guardaba sus últimos libros en su mochila antes de salir del salón.

En eso, unas manos llegaron y envolvieron su cintura sin antes dar indicios de su llegada. Luego, una respiración y un beso en su cuello.

—Espera, no—Se separó, dejando al alfa con las manos elevadas—Aún puede haber alguien rondando por allí

—Ya revisé Jimin, no hay nadie—Aclaró Yoongi

—Sí, bueno, no quiero arriesgarme

Agarró su mochila y se encaminó a la puerta. Justo en ese momento, Yoongi cerró la puerta y lo arrastró hacia sí asegurándose de quedar fuera del rango de visión del pequeño ventanal con el que cuenta la puerta. Con su espalda en la pared, tomó firmemente su esbelta cintura y devoró sus exquisitos labios en un beso sumamente apasionado.

Aunque le gustase, el omega se separó entre jadeos luego de dos minutos.

—Aquí no, Yoongi—Intentó separarse pero fue atraído nuevamente

—Te extrañé este fin de semana, ¿Tu no?

—Sabes que sí

—¿Por qué no respondiste mis llamadas?

—No me dejaron salir, era mejor no arriesgarme a que me quiten el teléfono también

—Maldita sea...—Suspiró el rubio dejando su cabeza en el hombro del menor mientras se relajaba con su dulce fragancia.

Jimin subió su mano derecha y empezó a acariciar su cabello dejándose llevar por su cálida respiración en su cuello.

—Todavía tengo algunas horas antes de irme...

—¿Ya preparaste todas tus cosas?

Afirmó con un sonido.

—¿Quieres que te lleve a la estación?

—No, tomaré un taxi. Sólo...quiero estar contigo hasta que tenga que irme

Lo abrazó más fuerte.

—¿Me llamarás?

—Claro que lo haré—Confirmó con una pequeña sonrisa

—Llámame ni bien llegues

—¿Yoongi?

El mayor levantó su cabeza y lo miró inquisidor.

—Quiero acostarme contigo antes de irme

Una gran sonrisa surcó sus labios, malicioso. Nunca pensó que seguir al rubio desembocaría en información tan bien oculta que no dudaría en usar a su favor.

Despegó su espalda de la pared –donde estuvo apoyado- cuando el sonido de los besos volvió a aparecer y se fue caminando por el pasillo tan silencioso como había llegado.

[. . .]

Saludó a su compañero una última vez antes de que éste se marchara luego de haber acordado reunirse ésta noche. Tenía que ordenar un poco de papeleo más antes de por fin poder irse.

Estaba sumamente estresado a decir verdad; a algún omega se le había pintado por dar problemas luego de la fiesta en casa de KyungIl y ahora el director estaba pidiendo cuanto antes el reporte final del proyecto del club de danza. Eran como un jodido grano en el culo. Esperaba que Sihyoung pudiera hacer algo para callar a la o el omega que se le daba por tocar las pelotas antes de que decidiera tomar medidas drásticas.
Últimamente su buen humor no era el suficiente como para seguir fingiendo paciencia.