Cuarenta y dos🍃

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El viernes en la mañana Seokjin llegó a la escuela nada más porque era su obligación. Dejó sus cosas en su casillero seguido por los miles de murmullos a sus espaldas hablando de lo que pasó el día anterior.

En el salón no habló con nadie, no miró a nadie y mucho menos buscó interactuar con el rubio, quien estaba horriblemente apenado.

Conociendo a Jin, un "lo siento" no era suficiente para conseguir su perdón. ¿Pero qué más podía hacer, si probablemente el omega no quería ni acercársele?

—Ahora sí que la cosa está difícil, Namjoon...—Comentó Hoseok de pie junto al moreno

El alfa mayor se encontraba sentado con sus manos sosteniendo su cabeza.

—De sólo pensar en su cara...yo...—Suspiró frustrado

—Hola chicos—Saludó Yoongi llegando junto a Jimin

Ambos tenían sus manos metidas en el bolsillo del chico de cabello color verde menta.

—¿Cómo está?—Preguntó a Jimin

—No muy bien...no habla mucho pero luce enojado

—Joder...—Maldijo entre dientes

—Ya no quiero ser parte de esto si vas lastimarlo, Namjoon—Añadió

—Yo no quería lastimarlo—Se defendió con las palabras apenas saliendo de su boca

—¿Cómo llamas a hacerlo llorar en medio del pasillo, entonces?

No recibió respuesta.

—Eso pensaba—Levantó una ceja—Será mejor que yo me vaya

Le dio un casto beso en los labios a Yoongi para después irse del lado contrario al que llegaron para evitar cualquier sospecha.

Tal como dijo Jimin, el resto del día, Jin se la pasó hablando lo justo y necesario sólo con sus amigos.

Incluso entre los demás estudiantes, el que NamJoon lo haya  hecho llorar en el pasillo era el relevante chisme de lo irrelevante. Algo de lo que sólo hablar por tres minutos para luego pasar a lo siguiente más interesante.

Sólo era Kim NamJoon revelando su verdadera naturaleza, y aunque algunos estaban preocupados pensando que quizá volvería a acorralar y violentar a algunas personas como antes lo hacía, otros agradecian que debido a ese suceso, el "falso beta" se alejaría de ese desviado alfa busca líos.

Era cierto que, en parte, Jin evitó al rubio durante todo el día. Pues estaba herido llegando al extremo de sentirse cansado por tener que lidiar con el mayor y sus abruptos cambios de humor. Esa semana si que había sido un sube y baja de emociones con, por suerte, subidas más altas que bajadas más bruscas para el omega.

Por su parte, NamJoon ya había aceptado que quizá, arrebatarle la carta a SeokJin y desmenuzarla en su cara mientras le gritaba que por favor parará, puede que haya sido pasarse un poco.

¿Pero que otra opción tenía?

Si Jin le decía a Kyungil que estaba enamorada de él, este inmediatamente le diría que si y empezarían a salir nada más para dañarlo.

Jugaría con el castaño tal cual serpiente hace con un indefenso ratoncito antes de matarlo de un sólo mordisco. Entonces Jin lloraria por un estúpido que no lo merecía y ahí estaría él para consolarlo cada vez que lo botara.

Ya se había quedado sin opciones, y encarar al castaño directamente podría ya no ser una buena opción si había mucha personas -porque siempre algo tenía que ocurrir para interrumpirlo-. Sorprenderlo cuando estuviera volviendo a casa, tomar su mano y llevárselo lejos sonaba a que gritaria que lo soltaran como si estuviera a punto de ser asesinado.

Good Morning, NamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora