Cap 1: Nekojima Rin y el chico nuevo.

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Todo en mi habitación estaba en completa calma, simplemente todo estaba tan pacíficamente callado, que mi mente alababa tal silencio, las cortinas de mi recamara estaban cerradas, no quería que la luz del sol entrara por ella y me despertara, antes de dormir, me había asegurado de cerrarla por este motivo. Era seguro que el despertador no sonaría, esa chatarra mugrienta, no servia, después de que cayera al suelo desde la mesa de noche, que tiene tan solo 30 centímetros de altura. Las sabanas eran las únicas que se interponían entro yo y el frío suelo de una madrugada en primavera, no era poseedora de una cama, a penas y podía tener una almohada en donde poder reposar mi cabeza o ahogar mis penas.

Yo pertenezco a una sociedad clasificada en tres áreas: el Area "A", donde todos los ricos millonarios y gente importante habitaban, la mejor zona de todo Krallik, la zona "B", se trata de la clase media, mayormente trabajadores comunes de empresas dirigidas por el área A, finalmente, nuestra zona, el Area "C" y se trata de todos los pobres, gente que no tiene absolutamente nada y que cada día, hacen lo posible por sobrevivir. Nuestro gobernador, el rey Yugan, creía que separando las tres clases sociales, se crearía una mejor vida, pero eso es una total mentira, nosotros los habitantes de la zona C, somos esclavos, ¿de quien? de todos en el área A. Los jóvenes de mi edad reciben una educación básica, realmente casi nada, nuestras instalaciones de aprendizaje, por lo menos mi academia, es un edificio de una sola planta, cuenta con solo 2 aulas para cada curso y no contamos con los materiales e inmuebles necesarios. Somos pobres, somos nada, somos simples esclavos.

Mi padre trabaja en el palacio de Yugan, odiado por nosotros y amado por aquellos que les conviene, ademas de una fotografía vieja, no se nada de mi padre, se que su nombre es Akeno, pero desde que nací, no he recibido mensajes de el, tampoco se le ve pasar por mi hogar, he llegado a pensar que nos a abandonado o esta muerto, aunque mi madre siempre me lo ha negado. Mi madre trabaja para una mujer llamada Demi, no posee tantas riquezas y fortunas, pero paga lo suficiente para que mi madre y yo podamos sobrevivir.

Como pueden ver, mi vida no es perfecta y creeme, que aun no ha comenzado la tormenta.

– ¡A-chu! – estornude, ocasionando que me transforme en mi forma gatuna. Nuestra capacidad de transformarnos, surge hace mas de 500 años, no sabemos su origen, pero la primera persona en transformarse, fue un hombre llamado Genji, la historia cuenta dos versiones.

La primera cuenta, que este hombre caminaba sin rumbo alguno por las praderas, en su camino, se encontró un campo de cosecha, a su largo camino decidió ir a pedir un poco de alimento para así recuperar sus energías y seguir su camino, pero la mujer de anciana apariencia se lo negó, el hombre esta hambriento, por lo que decidió robar uno de los frutos que sobresalían de su cosecha, al dar el primer mordisco, la mujer salió enfurecida gritando lo que marcaría nuestra naturaleza "¡Maldito! ¡has comido de mi fruto! ¡ahora serás condenado a vivir una maldición!" el hombre se transformo en un pequeño sapo, pero la mujer no sabia, que aquel hombre era un hechicero, así que volvió a su forma humanoide, pero, el fruto ingerido aun tenia su efecto y este hombre, podía transformarse en un sapo, cada cierto tiempo.

La segunda historia es mas simple, en este caso la mujer le advirtió las consecuencias de comer aquel fruto, que el se transformaría en un animal, pero en hombre no le cree y come del fruto y se transforma en aquel sapo, es así como el hombre decide buscar ayuda, encontrándose con un mago que le devolvería su forma normal, pero el mago no pudo salvarlo por completo, con el tiempo pudo controlar esta habilidad de transformaré y esta maldición, se le paso a sus hijos, y así, hasta que finalmente nacimos, Korodoros, fuimos bautizados. Nuestro nombre derriba de la frase, al rededor del camino, al parecer por el recorrido de Genji.

Permanecí en las sabanas con aquella forma, el espacio era mas grande, era mas fácil envolverse entre las sabanas, resultaba ser aun mas cómodo, así que tan solo permanecí en mi forma gatuna. Ojalá pudiera ser un gato por siempre, no tendría que preocuparme de algunas cosas, cuando estoy en esa forma, me olvido por completo de todo lo que me rodea y los malos momentos.

Korodoro |Volumen 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora