"Ya era un desastre..."

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*Nota: Nick me complicará un poco la existencia, pero bueno, aquí voy (sry, es muy antipático y me cuesta mucho ponerme en las perspectivas de este tipo de personajes xD, haré mi mejor esfuerzo)*

Nick P.D.V:

"¡Tú! ¡Maldito bribón! ¡Vuelve aquí!" Oí el grito del policía del retén.

Habíamos chocado con algo, con alguien, no lo sé y una mierda me importa saberlo.

Me trajeron a Savannah arrestado por fraude nuevamente, no es mi culpa que las máquinas tragamonedas sean tan fáciles de trucar. Las apuestas son mi pasión, más aún cuando gano y más aún cuando es tan fácil ganar haciendo trampa.

Estúpida gente, son tan fáciles de engañar.

Sin embargo, me descuidé por entrar a una tienda y comprarme un saco blanco muy costoso. El chico del local me reconoció, llamando a la policía sin que me diese cuenta mientras estaba en el probador...

"¡Bésame el culo, imbécil!" Grité de vuelta mientras seguía corriendo. Ni que fuera a decirle: 'hey señor policía, arrésteme'.

¡Vete a comer mierda con sangre!

No miraba hacia atrás, solo corría por las calles de Savannah, corría y corría sin cesar, estábamos cerca de lo que parecía ser un complejo de edificios. A lo lejos podía divisar una edificación gigantesca que decía "Centro Comercial Liberty", y más lejos podía ver un gran hotel que decía "Vannah".

"¡Apártense de mi camino!" gritaba a cualquiera que me saliera al paso.

Mientras seguía corriendo, en algún punto de mi huida logré escabullirme entre las personas y lo último que pude escuchar fue el grito de gente detrás de mí más un escandaloso chirrido de ruedas derrapando, finalmente seguido de una explosión y más gritos.

"Demonios..." me susurré a mí mismo, impresionado por lo que acababa de ocurrir.

Si tuviera que describir mi escenario actual, sería el de una pequeña especie de guerra civil, pues veía gente peleando en las calles unos con otros. Aunque me parece extraño que algunos usen mordiscos y zarpazos...

"Bueno, papá aun siendo un menudo cabrón en algo tenía razón: es en los malos tiempos en que se ven a las verdaderas personas..." me dije a mí mismo mientras avanzaba cauteloso, tratando de evadir a las personas que peleaban para movilizarme hacia algún lugar donde pudiese estar resguardado de la policía.

No fue hasta por un buen rato de pasearme por el sector que al fin logré acercarme por atrás al hasta un vecindario muy cercano al dichoso Hotel Vannah, y que cerca de este se encontraba en la otra dirección nada más y nada menos que el centro comercial Liberty.

"Parece que es mi día de suerte" murmuré, apurando el paso por entremedio del disturbio.

El barrio estaba en verdad muy extraño, no lograba comprender por qué había tanta gente corriendo, puertas de casas abiertas de par en par y bullicio por todos lados.

"¡Ghbhlek-! ¡Ghwooh...-!" escuché de pronto un ruido muy extraño mientras me habría paso entre tanta conmoción, y lo último que alcancé a ver fue que pasé por al lado de un tipo extremadamente obeso. Y que de pronto ya no podía ver nada "¡¡¡BBHLUAAAAGHHHHHH!!!"

Mi vista se nubló un poco y un asqueroso hedor comenzó a invadir mis fosas nasales.

"¡¡¡POR DIOS TÍO, QUE ASCO!!!" dije, lleno de repulsión y con ganas de vomitar por lo que parecía ser el vómito de otra persona.

¡Tengo una fobia horrible a la suciedad, los gérmenes y a la falta de limpieza!

Con la manga de mi saco, me limpié la cara para tratar de ver algo, pero el tipo gordo que hace unos instantes había visto difusamente, ya no estaba ahí, desapareció.

"Nosotros somos la cura..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora