El comienzo de su tortura.

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Arekkusu entró corriendo al baño abriéndose paso entre las puertas y se encerró en uno de los servicios. Se arrodilló con rapidez, abrió la tapa del vater y se puso a vomitar todo lo que su estómago tenía y no tenía.

Entre que devolvía todo, escuchó la puerta del baño abrirse y cerrarse nuevamente y supo que su peor pesadilla había llegado y que estaba al otro lado de la puerta.
Zack se apoyó en la pared y cruzó los brazos sobre su pecho, esperando a que Arek terminase de vomitar y saliese. Al escucharlo hizo una mueca molesto.
-Qué asco das -soltó dirigiendo su mirada a la puerta del servicio donde debía estar.
-"Era necesario comentar, ¿verdad? Nadie te pidió que vinieras" -pensó Arek molesto, mientras temblaba agachado frente al váter, sin atreverse a salir. Aún sentía náuseas. No había aguantado más la tensión de todas las horas y al final la comida le había sentado como un tiro al estómago.
-¿Te vas a quedar ahí toda la vida? -preguntó Zack metiéndole prisa, pero no recibió respuesta, por lo que le dio un golpe a la puerta del servicio asustando a Arek- ¡No me ignores! -exigió.

Arekkusu cerró los ojos intentanto que el corazón se le calmase un poco y respiró profundamente. Cuando estuvo seguro que no iba a vomitar más, salió del servicio para limpiarse en el lavabo, intentando hacer el menor caso posible al chico de 1 metro 85, lo cual era difícil siendo alguien tan alto e imponente. Pasó por su lado un tanto tenso, sin mirarlo, hasta llegar al lavabo, donde se empezó a lavar la boca y la cara para despejarse.
-Si te encuentras mal mejor no vengas a clase -sugirió Zack desviando la mirada a la izquierda y apretando los dientes.

Arekkuso levantó la cara sorprendido por esas palabras y lo miró a través del espejo. ¿Era eso preocupación? Zack lo observó de reojo.
-No tengo ganas de que un idiota como tú me contagie algo tan asqueroso y tener que estar vomitando como tú -terminó de decir malhumorado.
-"Claro, ¿cómo se iba a preocupar él por nadie?" -pensó sarcástico.
-Además, así no estarás en frente de mi molestado toda la jodida clase. Estaba mejor cuando no estabas -hizo una pequeña pausa- Nadie quiere un demonio enfrente suyo -añadió incorporándose y dirigiendo toda su vista a él, de forma amenazante.

Arek se quedó paralizado ante sus palabras y su pose amenazante. ¿Eso era lo que pensaba relamente de él y su aspecto? ¿Quién era realmente el demonio aquí? ¿Él por su aspecto o Zack por maltratar a alguien por su aspecto? Esto no podía ser verdad. ¿Venía de la Edad Media o algo por el estilo? No se dio cuenta de que no había dicho palabra en todo ese rato.
-Te estoy hablando. ¡Deja de ignorarme! -gritó golpenado la pared rozando la cara de Arek, que se quedó mirándolo perplejo, sin atrever a moverse.
-"¿No me ha dado?" -se extrañó Arek- "Supongo que no querrá problemas tan pronto a principios de curso. Sería fácil deducir que él me ha golpeado si salgo con un ojo morado de aquí".

Zack estaba a uno 15 centímetro de él. Lo tenía totalmente acorralado contra la pared, entre su cuerpo y el puño al lado de su cara. No tenía escapatoria. A esta distancia se notaba demasiado la diferencia de altura existente entre ellos. Zack era bastante más alto que él, tanto que parecía como si fuera a devorarlo en cualquiera momento. Arekkusu se sentía como una presa, pero aún así esta vez no pudo apartar la vista de los ojos miel de Zack. Algo le llamó la atención, esta vez había algo nuevo en ellos, pero no estaba seguro de qué se trataba.
Zack pareció notar su interesada mirada en él, lo cual de alguna forma lo irritó.
-¡No me mires! -ordenó con brusquedad y Arekususu bajó la vista rápidamente por inercia, por lo que no pudo identificar ese algo que había divisado por un momento- No deberías haber venido, maldito demonio, pero supongo que tampoco está tan mal... Así no me aburriré solo en clase -sonrió malignamente y se acercó a él hasta estar a unos 5 centimetros de distancia entre sus caras.

¿Qué pretendía? ¿Por qué se estaba acercando tanto? Por culpa de esta distancia, Arek se puso nerivioso y notó cómo toda la sangre le subió a la cara. Su corazón le empezó a latir con fuerza y notaba la mejillas hirviendo. Intentó echarse más hacia atrás apretándose contra la pared. No estaba acostumbrado a que la gente se le acercara tanto, y menos Zack sin que le hiciera alguna mala jugada.
Tragó saliva, solo quería que Zack se alejase de él, solo quería pirarse de allí corriendo e irse a su casa después de ese tan largo día.
Zack vio la sonrojada cara de Arek sorprendiéndose un poco. Nunca le había visto ponerse rojo. El rosado se sus mejillas resaltaba en su blanquecina piel.
Su cara le irritaba terriblemente, sobre todo la que tenía en aquellos momentos, por lo que se apartó de golpe molesto.
-Que asco das -soltó por impulsó, aunque no sabía por qué le molestaba tanto y eso le irritaba aún más- Te estaré esperando tras las clases -anunció haciendo palidecer nuevamente su cara y que temblara- Si escapas será peor.

¿Los que se pelean se desean?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora