Eres Mía [MiChaeng] G!P

Capítulo 3

Que puto dolor de cabeza tengo, sólo conseguí dormir 2 horas de las 8 que tenía, sino fuera por la maldita fiesta de Taehyung me encontraría bien. Mis ganas de ir al instituto son de menos cero, ósea, inexistentes. Todo por culpa de Chaeyoung. Lo único que podía pensar era en la pequeña mocosa. Como ella me besaba con pasión, como saboreaba mi boca, como su sabor cereza se impregnaba en mis labios y así podía saborearlos, su mirada que destellaba lujuria y calidez, su piel suave como pelaje de gato, sus manos tocando mis mejillas... No sé cómo me empezó a gustar. No sé porqué deje que esto pasara. No debería pensar en esa zorra. No debería, pero aquí estoy pensando en ella como estúpida mientras ella tal vez ni recuerde ese beso.

-¡Mina, el desayuno está listo! -gritó mi odioso hermano, Baekhyun.

-¡Ya voy! -grité con todas las fuerzas que me quedaban -Bien Mina, levanta tu inexistente culo rápido.

Tome un baño y me cambié rápidamente. Me maquille un poco más de lo que lo hacía últimamente para conseguir tapar las pequeñas ojeras que se me formaron y baje por las escaleras tratando de no matarme en el intento. Fui directamente a la cocina a buscar unas pastillas para el dolor de cabeza que se había empeorado y las tome sin pensar.

Regresé al comedor para desayunar lo más rápido posible para llegar temprano a la escuela.

-¿Por qué tanta prisa? ¿Quieres otra vez con Bambam? -pregunto el sinvergüenza.

-¿Qué? No soy asquerosa -lo fulmine con la mirada -Como lo eres tú.

-Cállate -hizo un puchero y el timbre había sonado, esa era Jihyo que venía por mí todos los días.

-Adiós perdedor -tome mi mochila. Me dirigí a la puerta para salir y recorrer el hermoso parque que tenía hasta la puerta principal.

-¿Estás bien? -preguntó extrañada Jihyo, mi mejor amiga -Te ves horrible, como siempre -sonrió como burla.

-Gracias, me halagas mucho -sonreí -Pero, sí, estoy bien.

-No conseguiste dormir, ¿verdad? -acaricio mi cabeza, despeinándola un poco. Eso me enfureció peor de lo que estaba. Sólo aparté su mano y la empuje, pero ella exagero revolcándose en el piso, idiota -No fue para tanto -se levantó inmediatamente -Me pregunto que será... -hizo un silencio que me puso nerviosa, así que entramos al auto y arranco.

Llegamos en un par de minutos, no estábamos tan lejos del instituto, y eso me parecía perfecto.

Salí del auto, despidiéndome de Jihyo y caminando por los pasillos sentía miradas. Las personas a mí alrededor susurraban cosas y daban pequeñas risitas, además de señalarme. No me extrañaba que estén rumoreando sobre mí, menos por lo que sucedió ayer.

Me dirigí a mi casillero para sacar los libros, mientras dos personas se posicionaron a mí alrededor. No hacía falta darme cuenta de quienes eran, sus característicos perfumes de lavanda y chicle se distinguían en cualquier zona.