Eres Mía [MiChaeng] G!P

Epílogo

Y allí se encontraban, aquellas personitas que una vez se odiaron en su período institucional, aquellas que se juraron la muerte para ambas, allí estaban, formando una familia pacifica y felizmente.

Ellas dos estaban durmiendo desnudas en la cama de su nueva casa, después de una noche de placer, que compraron cuando nació el pequeño Hoseok.
Chaeyoung abrazó más a su esposa al sentir su calor corporal cerca de ella y eso hizo que Mina se despierte y refuerce su agarre de cintura.

-Buen día, amor -saludó la, ahora, rubia.

-Buen día, bebé -plantó un pequeño beso en sus labios.

Pero unos pasos se escucharon desde una habitación, era la de su hijo, quién ya se había preparado para su primer día de escuela primaria en su antiguo instituto. Los pasos se hacían más fuertes y de un gran portazo la puerta es abierta.

-¡Mamá Mina! ¡Mamá Chaeyoung! ¡Vamos, apúrense que llegaremos tarde! -gritó mientras se subía a la cama de ellas y gateaba hacia ellas y se posicionaba en medio.

-Hola pequeñín -habló Mina, dándole un pequeño beso en la frente -¿Cómo has amanecido?

-¡Muy feliz! ¡Quiero ir a la escuela! -gritó emocionado.

-Mamá se tiene que preparar para llevarte a la escuela -dijo Chaeyoung, despeinando a su precioso hijo -Y luego iremos a la casa del abuelo Nam.

-¡Sí! ¡El abuelo Nam es el mejor! -exclamó feliz mientras corría por toda la habitación emocionado.

-Es igual de alterado que tú -dijo Chaeyoung, besando los labios de su amada.

-Claro que se va a parecer a mí, si yo fui quién lo mantuvo nueve meses en su interior -dijo con un tono superior, haciendo que Chaeyoung se ría -Pero tiene tus ojos, tu sonrisa y tu hoyuelo, eso es lo que importa.

-Hobi, ¿por qué no bajas y nos esperas? Mamá tiene que prepararse para llevarte a la escuela.

-¡Sí! ¡Escuelaaa! -salió de la habitación mientras gritaba y corría por todos los lados.

-¿Quieres levantarte y llevar a Hobi o seguir teniendo una sesión de besos? -agregó Chaeyoung.

-Me gustaría la segunda pero tenemos que hacer la primera -sonrió.

Ambas se levantaron y se prepararon para llevar a su pequeño a su primer día de clases. El pequeño Hoseok estaba muy emocionado por empezar, ya que así conocería nuevas personas y nuevas amistades, y quizá el amor. Él siempre ha sido un chico especial, siempre está preocupándose por los demás y quiere la felicidad de estos por encima de la suya, bueno, Mina siempre decía que eso lo heredó de su amada, que era muy igual a ella en todos los sentidos y que en casi nada se parecía a la misma Mina, pero eso no le importaba mucho ya que su hijo era precioso como era y haberlo tenido dentro de ella por nueve meses fue lo más hermoso que pudo haber tenido.

Ya en la escuela, el pequeñín se despidió de sus madres (porque ambas salieron del auto para contemplar aquel lugar) con un beso en la mejilla y fue hacia dentro, a empezar una nueva vida.

Recuerdos y lindos momentos volvieron a la mente de aquellas, ahora madres, cuando aún eran adolescentes y sufrían lo que sería el período escolar, antes de tener una nueva vida y comenzar a formar una familia.

-¿Lo recuerdas? -habló una Mina sonriente mientras tomaba la mano de Chaeyoung, observando su antiguo instituto que no ha cambiado nada.

-Como no recordarlo -sonrió para si misma al recordar todo lo que había pasado dentro de este -Si allí te conocí a ti, Mina.

-Cuando aún eramos enemigas, cuando casualmente fui tu niñera.

-¿Y que de allí aprendiste a amar a las personas? -la pelinegra le dio un golpe suave en el hombro, provocando una risa en la rubia -Sí, aún sigo recordándolo como si fuera ayer.

-Ver que crecimos y que ahora tenemos un hermoso hijo... ¿no crees que el tiempo pasa demasiado rápido?

-Realmente no lo creo -ahora su mirada se dirigió a Mina -Este lugar siempre me va a recordar a ti, y a todo lo que pasamos juntas.

-Es por eso que me enamoré de ti, Chaeyoung Myoui -plantó pequeño beso en sus labios.

-¿Qué? ¿Ahora tengo tu apellido? -rió.

-Sí, porque Son Mina no quedaba muy lindo.

-Eres una idiota -sonrió mientras ambas se daban la vuelta.

-Pero soy tu idiota y aún así me amas.

-Siendo idiota te amo igual.

Dentro de aquel lugar se forjó una relación, una relación que terminó por transformarse en una familia, un verdadero amor. Los recuerdos y buenos de aquél instituto llegaron momentáneamente, haciéndolas que sonrían nostálgicas, ese mismo lugar al que ahora Hoseok asiste, fue donde conocieron el verdadero significado de la vida.

Porque allí se conocieron.

Porque allí forjaron un lazo.

Y lo más importante...

Porque allí conocieron lo que es el amor verdadero.