-Vamos, dilo joder. Grita que me odias por todo. Folla con otra y que se te escape mi nombre. Mirala a los ojos y dile y dile que nunca has querido a nadie como la quieres a ella, mientele vamos. Cogela de la mano aunque vuestros dedos no encagen una puta mierda. Ríete cuando haga una puñetera gracia, porque sabes que mis tonterías eran las únicas que te hacían reír y que pusieras esa cara de tonto que tanto me gustaba. Muerdele el labio y cierra los ojos y intenta pensar que soy yo, que me estás besando a mí. Dale un beso en el cuello, que seguro que cuando te lo haga ella no se te pondrá la piel de gallina, porque no seré yo. Cogela en brazos y dile que es preciosa aunque sabes que no tanto como yo. Dile que su sonrisa es la más bonita aunque sabes que no tanto como la mía, que la mía era la que te hacía sonreír a tí cuando nos íbamos a dar un beso. ¿Te acuerdas? Llevala al sitio al que me llevabas a mí, a nuestro sitio, aunque sabes que te gustaría que fuera yo la que estuviera allí. Odiame por hacerte sentir un cobarde inmaduro que te hace que aún sigues enamorado de mí. Quiereme en silencio, sin que ella sepa que me amas. Ten ganas de matarme por tener toda la puta razón y ahora estás ahí sin saber que hacer, no puedes vivir sin mí y lo sabes. Habla mal de mi con ella y con todos aunque sé que te morirás de envidia cuando me veas con niños y no puedas tocarme ni con un dedo, porque no somos nada ¿no? Sé que estás con ella porque un día decidiste no estar conmigo, pero me echaras de menos ¿A que sí? Lo sabía.
-Cállate...
-Eres un cobarde de mierda. Algún día volverás, ya verás. Algún día ya no hará falta que seas cobarde, y si lo eres, tranquilo ya seré valiente por los dos.
