Capítulo 2

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Nuestro día mejoraba por momentos, a la visita indeseada de nuestro casero y de la vecina le se le unía la de Miriam, el torbellino rubio.

Miriam era una de nuestras mejores amigas, de los tres, la conocíamos desde hace años, era una chica "de puta madre" pero tenía una pequeña obsesión con el orden y la limpieza y en ese piso había poco de las dos cosas. Pese a ello agradecíamos sus visitas aunque solo fueran para soltarnos el sermón pro-limpieza.

- Pero mira quien ha venido de visita!- dije levantándome del sofá – Como os he echado de menos - le dije a las hamburguesas que había dentro de la bolsa que acababa de dejar Miriam sobre la mesa.- ¿Son de carne?

- Yo también te quiero, Cepeda- Miriam me arrancó la bolsa de las manos – Pasarán los años y tu amor por las hamburguesas del TGB no cambiará – dijo entre risas mientras le lanzaba una hamburguesa a los demás.- Claro que son de carne, pero no te preocupes Luis, que la tuya es vegetal –

Me levanté del sofá solo y exclusivamente para darle un beso de agradecimiento, muy pocos sabían que mi hamburguesa favorita era la veggie.

- ¿A qué se debe tu visita? – preguntó Iván antes de darle un mordisco a su hamburguesa - ¿Vienes a decirnos lo guarros y desordenados que somos?

- No, eso veo que ya lo sabeis de sobra – dijo entre risas – Vengo a pediros un favor – nos miró con una sonrisita sospechosa.

- Uuuuh, esa miradita no me gusta nada – masculló Roi con la boca llena.

- Roi tio, no hables con la boca llena – me quejé mientras me apartaba de allí antes de ser bañado en hamburguesa y patatas – A ver, cuéntanos de qué se trata ese favor –

- Necesito modelos para el taller, estamos preparando una nueva exposición –

- Has venido al sitio indicado – exclamó Roi poniéndose en pie – En este piso no hay nadie más guapo que yo –

Miriam se echó a reir, normal, las pintas que llevaba Roi eran un cuadro, chándal con agujeros y zapatillas de andar por casa, el uniforme oficial del estudiante.Si esa era la clase de modelos que buscaba Miriam, no iba a obtener el resultado deseado, de esto estaba seguro.

- Necesito la colaboración de vosotros tres, bueno y de alguno más que aún tengo que encontrar – explicó la rubia - ¿Aceptáis? –

- Bueno pero antes tendrás que explicarnos en qué consiste ¿no? – preguntó desde el sofá - '

Miriam estaba trabajando en un taller, aunque lo que verdaderamente le apasionaba era la fotografía, pero los cursos eran demasiado caros para su bolsillo por lo que trabajaba en el taller pintando cuadros que después ponían a la venta. Pese a no gustarle mucho la pintura no le iba nada mal, al menos llegaba a fin de mes, algo de lo que nosotros no siempre podíamos presumir ya que nuestro sueldo en el karaoke no era una maravilla.

- A ver, no os puedo decir nada aún , solo necesito voluntarios – Miriam se encogió de hombros – Os espero a las cuatro en el taller y traed poca ropa –

- Uy, eso suena a desnudo – bromeé – Yo mi cuerpo no lo enseño gratis –

- Como si no te lo hubiese visto un par de veces... y gratis – dijo guiñándome un ojo antes de salir por la puerta – Sed puntuales, que os conozco – gritó desde el pasillo.

Cerré la puerta lo suficientemente fuerte como para que la vecina golpease la pared, era su manera de decir que estábamos molestando, como si nosotros tuviéramos la culpa de las calidades pésimas de ese piso.

- Estoy de este edificio hasta el moño – murmuró Iván – No sé porqué no nos mudamos –

- Pues porque no tenemos pasta, Iván – intervino Roi – En el karaoke nos pagan una miseria y este es el piso más barato que hemos encontrado –

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